8M: NUESTRO COMPROMISO POR DESPATRIARCALIZAR

Amalia Santana
Como ya lo anunciara el Comando Central en la Revista Insurrección del pasado 10 de marzo, el VI Congreso Nacional definió el carácter antipatriarcal del ELN, en articulación con las luchas anticapitalistas, antiimperialistas y anticolonialistas.
Esta no es una definición menor ni accesoria, sino que es el resultado de profundas reflexiones y debates liderados con la vida y el ejemplo revolucionario de grandes mujeres guerrilleras, que han ofrendado su vida a la causa de la liberación nacional; y que, con su ejemplo, hoy llevan al ELN a construir una política antipatriarcal como estrategia revolucionaria para toda la sociedad.
Dar ejemplo
Para el ELN esta discusión es fundamental, pues como lo expresaba Alexandra Kollontai, la urgencia por la liberación de las mujeres no es solo un aspecto cultural o práctico de la transformación social, sino sobre todo una parte integrante de la lucha proletaria por la liberación. Atraviesa no solo el programa revolucionario para Colombia, sino que implica además un permanente ejercicio de revisión, debate y formación en todas nuestras estructuras guerrilleras, en cada combatiente y mando de la organización. Reconocemos que, en tanto el capitalismo y el patriarcado se encarnan en los discursos y prácticas sociales cotidianas, su transformación requiere trabajo y disciplina permanente al interior de nuestra propia organización.
Nuestro compromiso con la liberación de las mujeres colombianas se ha visto expresado en la importante participación de mujeres campesinas, obreras y jóvenes de todas las regiones del país en el ELN. Las mujeres elenas hemos ayudado a construir una organización insurgente en la que se distribuyen sin distinción de género las tareas cotidianas y las responsabilidades políticas y militares de nuestra lucha guerrillera. Hombres y mujeres tenemos las mismas obligaciones y derechos: formarnos, trabajar, realizar labores del cuidado y combatir.
En el ELN están prohibidas y no son toleradas las violencias contra las mujeres. Todo acto de violencia física, psicológica o sexual se sanciona con base en nuestros Estatutos, aplicando la justicia revolucionaria que contempla castigos severos para los agresores.
Sin embargo, nuestra organización es consciente de la pervivencia de violencias y prácticas machistas que aprendemos y heredamos del sistema patriarcal, no somos ajenas a estas. Grandes retos tenemos para ser una organización antipatriarcal, pues somos conscientes de que las luchas y aportes que hagamos para eliminar las violencias contra las mujeres en la sociedad, serán legítimas y tendrán sentido en tanto seamos testimonio y ejemplo de ello.
El dueto letal
Las mujeres del ELN tenemos claro el lugar desde el que asumimos nuestro combate contra el machismo. Entendemos que capitalismo y patriarcado actúan de la mano, para robarse el trabajo de las mujeres asociado a la reproducción y el cuidado de la vida, trabajo sin el que la sociedad no podría sostenerse. Actúan juntos para despojar a comunidades en todo el mundo de los bienes de la naturaleza, generalmente defendidos y protegidos por mujeres. Actúan juntos para impedir la participación de las mujeres en la política y en la toma decisiones, pues la burguesía mundial; blanca, patriarcal y guerrerista, sabe que la participación activa y decidida de las mujeres trabajadoras y de la clase popular pone en riesgo su supremacía.
Nosotras hacemos parte del ELN porque vivimos las vidas de la mayoría de las mujeres del país en el campo y las ciudades. Somos el 51.2 por ciento de la población nacional, pero solo el 26 por ciento de la tierra les pertenece a las mujeres. Más del 40 por ciento de los pobres en el país somos mujeres, así que por cada 100 hombres pobres en Colombia somos 121 mujeres pobres; cuando en el mejor de los casos logramos insertarnos en el mercado laboral, lo hacemos desde la precariedad y explotación absoluta o enfrentándonos a enormes brechas salariales: en Colombia, por cada 100 Pesos que gana un hombre, las mujeres ganamos solamente 60 Pesos haciendo el mismo trabajo. La pobreza tiene nuestro rostro.
La violencia patriarcal no nos da tregua. En Colombia, cada 3 días una mujer es asesinada por su pareja, expareja, familiares o personas cercanas, nuestras hijas son violadas y abusadas en contextos de total impunidad, por lo que numerosas organizaciones feministas y defensoras de los derechos de las mujeres han coincidido en declarar una Emergencia Humanitaria por violencias machistas en el país.
Por estas razones nos hicimos guerrilleras, por estas razones, 60 años después de la fundación del ELN hemos logrado que una organización insurgente reconozca y asuma el reto de despatriarcalizarse y despatriarcalizar la sociedad; nos hicimos insurgentes para transformar radicalmente esta sociedad capitalista y patriarcal.