COMUNA 13: UN FARO DE LA RESISTENCIA
Delaney Flores
El 16 y 17 de octubre del 2002 cerca de tres mil hombres de las Fuerzas Armadas Estatales en connivencia con integrantes del Bloque paramilitar Cacique Nutibara se tomaron la Comuna 13 de Medellín. Esta incursión se conoció como Operación Orión y costó cientos de víctimas.
La militarización de la Comuna 13 inició en 1996 y terminó en 2007 cuando consolidaron el proyecto paramilitar y continuó la operación silenciosa; entre 2001 y 2002 realizaron 25 operaciones militares, 11 desde febrero a octubre de 2002: Fuego el 21 de febrero, Marfil el 15 de marzo, Águila el 17 de abril, Martillo y Mariscal el 4 y 21 de mayo, Júpiter y Jalisco el 17 y 24 de junio, Jinete el 6 de julio, Antorcha el 3 de agosto, Saturno el 4 de septiembre y Orión el 16 de octubre.
La Operación Orión realizada en connivencia entre las Fuerzas Armadas (FFAA) y los paramilitares liderados por alias “Don Berna”, sitiaron por cinco días los barrios 20 de Julio, las Independencias, Belencito, El Corazón, Nuevos Conquistadores y El Salado de la Comuna 13; con este oscuro episodio se inauguró la Doctrina de Seguridad Democrática de Álvaro Uribe, quien el 11 de agosto de 2002 mediante el Decreto 1837 declaró el Estado de Conmoción Interior cuando Luis Pérez era alcalde de Medellín.
¿Por qué la Comuna 13?
La Comuna 13 está conformada por 32 barrios y cuenta con 140.000 habitantes, 53 por ciento en situación de pobreza; la desatención y exclusión social llevaron a que la comunidad se hiciera cargo de resolver los problemas de crimen y seguridad, en sectores y barrios se crearon las Brigadas de Vecinos que tenían alta legitimidad.
Entre 1995 y 1996 la organización social logró un mayor protagonismo fortaleciendo las Juntas de Acción Comunal y las organizaciones juveniles, crearon propuestas de planeación participativa del territorio, entre ellas el Plan Pa’lante o Realizadores de Sueños, que permitió la construcción de vías de comunicación y garantizaba servicios públicos como salud, educación, acueducto y alcantarillado [1].
Los Comandos Armados del Pueblo (CAP) y las milicias del ELN estaban inmersos en la comunidad y motivaron la construcción de barrios con el trabajo colectivo, incentivaron la movilización en fechas conmemorativas de la izquierda política y actividades de protesta social.
Por su ubicación geográfica estratégica, la Comuna 13 se hizo atractiva para el bloque contrainsurgente dominante en Antioquia pues era una conexión directa entre Medellín, el puerto de Urabá y el Túnel de Occidente para las rutas de comercialización de mercancías y productos, entre ellos la cocaína.
Tras el asesinato de Pablo Escobar -Capo del Cartel de Medellín- en 1992 Los Pepes se apoderan de la Oficina de Envigado, y con varias Convivir entre ellas Cóndor y Los 12 Apóstoles a finales de 1996 conforman el Bloque Metro y posteriormente el Bloque Cacique Nutibara, con el objetivo de controlar a Medellín [2].
Uribe escogió la Comuna 13 como el laboratorio de Guerra contrainsurgente para exterminar procesos sociales y políticos; defensores DDHH, sindicalistas y universitarios fueron víctimas de 899 Crímenes de Lesa Humanidad: 200 asesinatos, 91 heridos, 372 capturas ilegales, 12 amenazas, 10 allanamientos, 4 atentados, 2 torturas, 118 eventos de desplazamiento; en la actualidad se buscan 300 desaparecidos que se presumen están en fosas comunes de La Arenera y La Escombrera [3].
Una semilla que renace
En la Comuna 13 de Medellín del 16 al 20 de octubre organizaciones de víctimas y defensoras de Derechos Humanos (DDHH), realizaron la jornada ‘Operación Orión Nunca Más’ en conmemoración de los 20 años de la operación militar urbana más grande que se haya realizado contra la población en la historia de Colombia.
A las víctimas la Operación Orión las diezmó por varios años pero a la vez les permitió como el Ave Fénix resurgir desde las cenizas; han resistido y luchado por desenterrar la verdad, promover y defender los DDHH en especial el de la vida.
Los sobrevivientes conformaron diversos colectivos enraizados en la lucha por la dignificación de las víctimas, el esclarecimiento de la verdad y el enjuiciamiento de los determinadores de los crímenes; a la vez construyen espacios para la memoria colectiva como una herramienta para comprender la realidad y resistir a la Guerra, pero en especial como la acción contundente contra el olvido y la impunidad.
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[1]Resistencia y memoria en la Comuna 13 de Medellín. El caso del Colectivo Mujeres Caminando por la Verdad, 2018.
[2] Bloque Metro, el fantasma que ronda a Álvaro Uribe Vélez. Verdad Abierta, 18-10-2019.
[3]Homicidios en la Comuna 13 como Crímenes de Lesa Humanidad. Jorge E. Suárez, oct-2014.