¿POR QUÉ NO HAY CEBADA?, SIN CEBADA NO HAY CERVEZA

¿POR QUÉ NO HAY CEBADA?, SIN CEBADA NO HAY CERVEZA

Chavela Villamil

Quizás la forma más sólida y básica de optimizar y desarrollar una economía es gastar menos de lo que se produce y reducir las importaciones al mínimo, es decir, fortalecer la industria propia para solventar el consumo interno y solo importar lo estrictamente necesario. 

Durante las últimas décadas el país ha incrementado la política económica neoliberal, bajo el sofisma de la internacionalización de la economía y la diversificación de las exportaciones, a principios de la década del noventa el Estado dio paso a la política de Apertura Económica (AE) [1], esto nos arrojó a la era de los Tratados de Libre Comercio (TLC) y nos puso a competir en igualdad de condiciones arancelarias, pero en gran desigualdad en materia de producción, toda vez que en los países competidores los productores reciben subsidios económicos y apoyo técnico y científico.

Dejamos de producir para dedicarnos a importar 

La AE disminuyó totalmente el marco arancelario lo que facilitó la exportación de productos, pero a su vez permitió que mercados extranjeros que subsidian y tecnifican la producción propia, inundaran nuestro mercado con productos de menor valor y calidad igual o superior a los producidos en el país; por efecto rebote en 1990 se cerró con un superávit en la Balanza Comercial (BC) [2], pero los años subsiguientes la BC fue deficitaria, toda vez que al ser más costoso la producción interna, resulta más rentable importar productos, en términos pragmáticos producir un kilo de arroz cuesta 1.900 Pesos, la misma cantidad importada y puesta en bodega cuesta 980 Pesos, ¿qué producto prefiere un colombiano que tiene un desmejorado sueldo mínimo y padece una inflación exorbitante?

La AE no involucró ni al campo ni a la industria nacional, ya que no les facilito ni subsidios acordes a las necesidades, ni brindó asesoría y apoyo técnico e infraestructural, haciendo que la industria local fuera incompetitiva y generó un cambio en el mapa productivo del país y en la oferta de materias primas; varias regiones cambiaron de vocación y esto llevó a la extinción de cultivos trascendentales en el desarrollo agroindustrial del país; de acuerdo con las cifras de área sembrada productos como trigo, cebada, avena, ajonjolí, girasol y maní desaparecieron, aunque aún hay algunas hectáreas sembradas, principalmente de trigo, la producción de estas materias primas agroindustriales está reducida a la mínima expresión.

El impacto de la AE no se reflejó únicamente en los cereales, actividades que hasta comienzos de la década de los 90 fueron rentables como el algodón, el sorgo y la soya, han reducido dramáticamente el área cultivada, siendo sustituidos por importaciones; mientras en 1991 el país sembró 262.000 hectáreas de algodón, en el 2003 sólo se cultivaron 44.000 hectáreas y en 2020 tan solo se sembraron 16.000 hectáreas; en sorgo, hace 30 años se sembraron 253.000 hectáreas y el año pasado sólo 54.000 hectáreas; la soya por su parte cayó de 115.000 hectáreas en 1990 a solo 18.000 hectáreas el año anterior [3].

Los estragos ocasionados incluso obligaron a que productos perecederos que antes eran abastecidos únicamente con cosechas nacionales, ahora se complementan con importaciones en presentaciones que ofrecen valor agregado y que cada vez tienen mayor demanda; según cifras de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), mientras que en el primer semestre de 1990 se importaron 34.400 toneladas de hortalizas, plantas, raíces y tubérculos alimenticios, en el mismo período del año anterior se importaron 210.200 toneladas [4].

Una balanza con déficit creciente 

Hasta los años 90 del siglo pasado se tenía una BC relativamente estable, después de la AE de 1990 nuestra BC empezó a ser negativa; la BC hasta octubre del 2021 fue exorbitantemente deficitaria, las exportaciones fueron del orden de 3.795 millones de Dólares y las importaciones de 5.314 millones de Dólares, un déficit de 1.519 millones de Dólares, lo que representa un incremento del 57,7 por ciento, con respecto al mismo periodo del año anterior.

Necesitamos Reformas Estructurales

El problema de la economía colombiana no es financiero sino económico, los impuestos recaudados cubren medianamente la Balanza de Gastos, el principal problema es que gastamos más de lo que producimos, importamos lo que se puede producir internamente y lo recaudado se destina al Gasto Corriente (burocracia, Guerra, pago de Deuda Externa).

Subsanar la crisis socioeconómica actual, dinamizar la economía y enfrentar el colapso de la economía requiere de cambios estructurales del modelo económico e implica Reformas Estructurales al fisco y al sistema productivo; se requiere un modelo que fomente el desarrollo integral de la producción nacional y aumente el poder adquisitivo per cápita de la población.

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[1] Apertura Económica: fundamentada en los principios neoliberales de la iniciativa individual y privada y de la libre competencia, disminuye los aranceles de importación a fin de favorecer el intercambio comercial en igualdad de condiciones. 

[2] Diferencia entre importaciones y exportaciones, la cual puede ser positiva (superávit) o negativa (déficit). 

[3-4] Colombia cambió el mapa agropecuario. Valora Analitik, 12-08-2021.

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