Soportamos décadas de un modelo que monopoliza las utilidades en una élite de súper ricos, a costa de incrementar la desigualdad y la desaceleración de las economías
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“No podemos hacer la revolución para cambiar el sistema y esperar que el propio sistema cambie a las personas que lo componen” Dilar Dirik.
Tras las declaraciones unilaterales del Presidente Petro sobre el Cese el Fuego, presentadas como un Acuerdo de la Mesa, esta entró en una crisis que está por resolverse, como lo expresa esta declaración del Comando Central.
Existen en la actualidad una serie de fenómenos y acontecimientos qué nos plantean un cambio significativo en las reglas de la Guerra, porque colocan en relevancia una serie de métodos no militares para el logro de objetivos estratégicos y políticos.
Duque presenta como logros el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), y las predicciones económicas que dejan al país por encima de la media latinoamericana; pitonisadas que contrastan con la contracción del consumo de productos básicos por reducción del poder adquisitivo per cápita.
La solución al narcotráfico ha sido tema recurrente en el país, por los estragos hechos en los últimos 50 años en la vida nacional, dado que se ha enquistado en la clase dominante, las instituciones y las Fuerzas Armadas, hasta tal punto que hoy Colombia está caracterizada como una Narcorrepública.
Duque recorre el mundo hablando de paz y de proteger el medioambiente, pero en el país hace totalmente lo contrario, se encuentra “raspando la olla” entregando todo lo que puede a las multinacionales minero energéticas, protegido por el Narcoestado y su patrocinador Estados Unidos.
Para capturar recursos del erario y destinarlos a la campaña electoral, el régimen modificó la Ley de Garantías Electorales, por esto hoy el gasto estatal lo han multiplicado para pagar los centenares de miles de Contratos que los Partidos gobernantes se han embolsillado.
Ahora que es inocultable la degradación de las Fuerzas Armadas (FFAA) por su colusión con narcotraficantes, el régimen vuelve a decir que apenas tiene “manzanas podridas”, es el árbol que comenzó a pudrirse en 1971 con el inicio de la fracasada Guerra contra las drogas.
Las declaraciones del 25 de enero del padre De Roux el principal Comisionado de la Verdad, demuestran su falta de objetividad y su parcialidad para aportar al Informe Final que debe rendir la Comisión que preside.
El Ministro de la Guerra sigue endilgando la responsabilidad de la crisis del país a enemigos que se inventa, mientras crece el rechazo a la dictadura mafiosa de Duque que tortura manifestantes, expande el mapa del hambre y devora con la corrupción los bienes de Colombia.