El modelo económico está cimentado en la distribución monopolista lo cual fomenta la brecha de desigualdad, incubando una crisis de sistema que conlleva la desaceleración de las economías en especial las latinoamericanas, incrementando problemas socioeconómicos existentes como el desempleo, el empleo formal y la pérdida de poder adquisitivo per cápita.
Categoría: Voz Elena
La desigualdad social, el hambre y la miseria son inherentes al sistema político y económico imperante, además son el motor que sostiene los privilegios de un grupo minoritario de mega ricos; por ende, erradicar la desigualdad implica transformar el modelo socioeconómico actual.
Este tercer Gobierno de la ultraderecha mafiosa seguidora de Uribe intenta llenar de coca a Arauca, para justificar que allí se aplique la estrategia gringa de la “Guerra contra las drogas”, por esto llevaron grupos narcoparamilitares encabezados por tres desertores de las otrora Farc.
El sistema económico ha concentrado el capital en pocas manos acrecentando la brecha de desigualdad social, desde luego la pandemia exacerbó esta situación y erosionó las capas medias arrojando a millones de personas a condición de pobreza, dejando la sociedad al borde del colapso.
e del grupo de Jaime Chucula durante tres años, en los cuales conoció del narcotráfico y demás acciones de Arturo Paz (Jerónimo) en la frontera colombo-venezolana del río Arauca; ahora después de evadirse de ese grupo narra lo que conoció [*].
Desde que en 1962 el Presidente Kennedy de EEUU ordenó a las Fuerzas Armadas (FFAA) colombianas “ejecutar acciones terroristas contra los comunistas”, han desarrollado diversas modalidades de paramilitarismo, las cuales se examinan para el caso del Centro Oriente colombiano, que son iguales para el resto del país.
aravena, mientras la Corte frena la Guerra química con Glifosato contra el campesinado, y los narcoparamilitares confiesan su colusión con políticos y terratenientes.
Colombia es el país más desigual en la tenencia de tierra en América Latina, “el 1 por ciento ocupa 81 por ciento de la tierra, mientras el 99 por ciento ocupa tan solo el 19 por ciento” [1], monopolio logrado con base en el despojo y el destierro de comunidades ancestrales y campesinas.
Tras el evidente declive del uribismo cada día son más las fuerzas políticas que se separan de esta corriente de ultraderecha, el más reciente acto de retirada viene de cuenta de los EEUU que ordenó la captura de Luis Carlos Restrepo, uno de los principales alfiles del uribismo.
El Gobierno colombiano replica la fracasada Guerra contra las drogas de los Estados Unidos (EEUU), a la vez que se niega a escuchar a las comunidades que exigen el cumplimiento de la sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito.