LOS COMUNEROS CONTRA EL MAL GOBIERNO

LOS COMUNEROS CONTRA EL MAL GOBIERNO

Hernando Martínez

El 16 de marzo de 1781 en El Socorro, Santander, brilló Manuela Beltrán la artesana cigarrera, quien rompió el edicto que promulgaba nuevos impuestos al grito de ¡viva el Rey y muera el mal Gobierno! Era el eco del alzamiento de Tupac Amaruc en el Perú.

Los roles, consignas e intereses de Los Comuneros estaban establecidos por su origen de clase social, de ahí sus consignas: “viva el Rey, abajo el mal Gobierno”; “viva el Rey Inca y mueran los chapetones” y “unión de oprimidos contra opresores, lo que ha de ser que sea”.

Para 1530 los pueblos indígenas estaban exterminados, refugiados en selvas inaccesibles, habían perecido en minas y plantaciones, otros estaban mestizados.

Los africanos apenas pisaban suelo americano se erguían cimarrones en Palenques, Benkos Biohó, nacido Rey en Guinea, ganó en 1605 un tratado de soberanía para los Palenques desde Montes de María hasta San Basilio, traicionado por la monarquía fue ejecutado el 16 de marzo de 1621 [1].

Los Capitanes y las capitulaciones

El 30 de marzo de 1781 llegó al Socorro José de Alba enviado desde Santa Fe por Fray Ciríaco de Archila, con un pliego en versos que convocaban a extender el movimiento a todo el territorio de la colonia y a que marchen sobre la capital; se reunieron más de mil personas que proclamaron la Junta del Común compuesta por el Generalísimo Juan Francisco Berbeo, los Capitanes Salvador Plata, Antonio Monsalve y Francisco Rosillo, quienes juraron lealtad al pueblo y al Rey.

En Santa Fe el 12 de mayo nombraron una Comisión Negociadora encabezada por el Arzobispo Caballero y Góngora, mientras el Regente Gutiérrez Piñeros partió hacia Cartagena para informar al Virrey Flórez; el piquete de tropa enviada a apaciguar a los insurrectos los encontraron en Puente Nacional el 7 de Mayo, una parte se integró a los Comuneros, los demás huyeron dejando abandonadas armas y pertrechos.

El 27 de mayo cerca de Zipaquirá acamparon más de 20.000 insurgentes y 226 Capitanes, tan numerosos como la población de Santa Fe, a donde habían podido entrar sin tener siquiera resistencia, pero Berbeo prefirió iniciar a negociar en Zipaquirá el 5 de junio; los plenipotenciarios antes, durante la negociación y luego en la firma fueron dejando constancia notariada y ante el Tribunal que sus actos los hacían bajo presión.

El 15 de junio de 1781 acordaron y firmaron las capitulaciones lo que llenó de regocijo a los Comuneros, pues fueron acordadas todas sus reclamaciones, rebaja de impuestos, prohibiciones de artes y cultivos, expulsión del Regente Visitador Piñeres, mantenimiento del Ejército Comunero, empleo para los criollos, restablecimiento de resguardos; el Virrey Flórez una vez conoció las capitulaciones las desconoció.

El desafío de José Antonio Galán

Galán nació el 11 de septiembre de 1741 en Charalá, en diciembre de 1780 junto con Pedro Nieto e Ignacio Clavijo asaltaron a Charalá por lo que fue llevado preso a Cartagena, de donde se fugó para participar en el alzamiento de 1781. Berbeo lo nombró Capitán general y se dedicó en reducir guarniciones y decretar la libertad de los esclavos en las riveras del río Magdalena; al recibir la orden de repliegue retornó a Charalá y en septiembre ante la inminente contraofensiva de los españoles, inició un repliegue hacia los llanos orientales [2].

Refugiado en un rancho el Primero de septiembre lo hace prisionero un piquete guiado por el capitán traidor Salvador Plata; el Primero de febrero de 1782 fueron fusilados Galán, Lorenzo Alcantuz, Isidro Molina y Juan Manuel Ortiz. Hasta inicios de 1782 la insurrección se extendió por todas las provincias de la Nueva Granada, llegando las revueltas y los insurrectos hasta Quito en el sur y hasta Mérida y Maracaibo en el oriente.

Ante la desventaja militar las guerrillas restantes se refugiaron en los llanos y en las montañas, 38 años después la lección aprendida sirvió para levantar la Guerrilla de la Niebla, que enfrentó al Ejército Realista en Pienta, Charalá, el 4 de agosto de 1819, impidiendo que le llegaran refuerzos a los realistas en la Batalla de Boyacá; Antonia Santos su Comandante había sido fusilada el 28 de julio de 1819 en el Socorro.

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[1] Benkos Biohó a 400 años de su asesinato, Aidén Salgado Cassiani. Rebelión.org, 19-03-2021.

[2] Los datos y narrativas están referenciadas en Los Inconformes de Ignacio Torres Giraldo, Historia de Colombia y sus oligarquías de Antonio Caballero y la Biografía de Antonia Santos.  Banrepública Cultural.

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