MARTÍ: LOS QUE DESPOJAN NO SON HÉROES

Mauricio Iguarán

José Martí nació el 28 de enero de 1853 en La Habana. Siendo adolescente fue llevado a presidio y sometido a trabajo forzado por tener ideas independentistas; luego fue deportado a España a sus 17 años, donde estudió y luego se trasladó a México, Guatemala, Estados Unidos y Caracas.

En 1892, Martí organizó el Partido Revolucionario Cubano para dirigir la guerra de independencia. Regresó a Cuba en 1985 y cayó en combate el 19 de mayo de 1895 luchando por la independencia, el bienestar de su pueblo y de Nuestra América.

Junto a Rubén Darío y Vargas Vila, con quienes cultivó una hermosa amistad, fue fundador del modernismo literario. La vida y obra de Martí está llena de amor y compromiso por los humildes; ´con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar’, dice en uno de sus poemas.

Sus ideas políticas están basadas en ganar la soberanía de nuestros pueblos, al respecto dijo: ‘el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país… las formas de gobierno de un país han de acomodarse a sus elementos naturales’.

Combatió el imperialismo, el racismo y la xenofobia: ‘peca contra la humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio de las razas’. Martí en su ensayo Los Tres Héroes sentenció: “los que pelean por la ambición, por hacer esclavo a otros pueblos, por tener más mando, por quitarle a otros pueblos sus tierras, no son héroes, sino criminales.»

Hoy, los pueblos de Nuestra América seguimos luchando por la Segunda y Definitiva Independencia, seguimos el legado de aquellos y aquellas que se levantaron contra la opresión y la dominación de nuestros pueblos. En pleno siglo XXI sigue vivo el llamado de Martí: ‘porque ya suena el himno unánime; la generación real lleva a cuestas, por el camino abonado por los padres sublimes la América trabajadora; del Bravo a Magallanes, sentado en el lomo del cóndor regó el gran Semí, por las naciones románticas del continente y por las islas dolorosas del mar, la semilla de la América nueva’.

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