El asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán en 1948 le sacudió el alma a este niño de 15 años, que no había podido ir a la escuela porque debió hacerse cargo de su madre y hermana enfermas, cuando apenas contaba con 12 años.
Categoría: Voz Elena
Las Redes Sociales critican la inacción y mezquindad del Gobierno ante la pandemia que lleva un año de azote, hacen memoria de grandes revolucionarios como Gramsci y Lenin, rechazan los privilegios del ex Ministro Arias y los resortes de poder que sostienen al régimen.
El uso de la violencia para mantenerse en el poder la usa el régimen para enriquecerse y para eliminar a sus opositores, terror de Estado que dirigen contra dirigentes populares y defensores de Derechos Humanos y del medio ambiente.
Las cifras sobre el feminicidio y violencia de género son alarmantes, estamos ante una problemática estructural que además de amenazar la vida de un género en específico, tiene en jaque la construcción de una sociedad justa e igualitaria.
Durante décadas Colombia ha sido azotada por un virus más caótico y letal que el Covid-19, la corrupción ha infectado a todas las esferas del poder y no es combatida porque en sí misma es la que alimenta y sostiene el régimen.
En Colombia en este 2021 y en los años inmediatamente siguientes tienden a darse luchas sociales y políticas de mayores dimensiones a las que se presentaron en los últimos 12 años, los que recordemos han marcado desde el 2008 un nuevo ascenso de la movilización social.
Durante décadas nos han dicho que la explotación de minerales trae desarrollo y progreso; sin embargo, sólo falta mirar las condiciones de vida de la comunidad Wayúu y de su territorio depredado para darse cuenta que es una falacia, porque los réditos son solo para unos pocos.
Entre los 17 fundadores de la Primera Marcha guerrillera del 4 de julio de 1964 se destacaba un hombre de cuerpo menudo, muy humilde, disciplinado, observador, sencillo y reservado, que escogió llamarse Leonardo como su nombre de guerra.
El asesinato sistemático de dirigentes populares y ex combatientes por medio de las Fuerzas Armadas (FFAA) y bandas narcoparamilitares apunta a “matar en la cuna” a todo el cuerpo social organizado que se oponga al régimen de dictadura mafiosa que rige en Colombia.
El terrorismo de Estado y el exterminio del contradictor político desde las altas esferas del poder en Colombia, está en los genes de las clases dominantes y es una de las características del régimen imperante.