La política fiscal y económica instaurada por el Gobierno, destina gran parte de los ingresos al Gasto Corriente a la par que decrece la inversión integral
Categoría: Economía
La recién aprobada reforma laboral restablece derechos y beneficios a los trabajadores; sin embargo, queda en deuda en términos de nuevas plazas laborales
Las diferentes medidas que ha adoptado el Gobierno para solventar el creciente déficit fiscal, no solo han resultado inocuas en términos de que este continúa creciendo
La política económica del gobierno incrementa el Gasto Corriente para intentar subsanar el déficit, pero carece de una estrategia de austeridad que contribuya a solventar la crisis económica
El declive de nuestro producto interno aunado a un gran déficit de Gasto Social, nos obliga a ser esclavos de los empréstitos extranjeros; lo que desencadena que el gobierno deba asumir nueva deuda
El modelo actual al concentrar el capital en un reducido grupo plutocrático, hace incremental los indicadores pobreza y desigualdad, generando grandes déficits del gasto social
La disminución de ingresos y el aumento del Gasto Corriente han sobre incrementado el déficit fiscal, agravando la deuda social existente desde inicios de la República
Las horas extras, al igual que los recargos dominical y festivos son derechos adquiridos por los trabajadores, cercenados durante la era Uribe para favorecer los oligopolios y ahora incluidos en la Reforma
La distribución de la tierra y la riqueza en Colombia han sido desiguales, producto de un modelo que favorece la acumulación de capital en un reducido grupo plutocrático
Darle continuidad a una política económica que favorece el capital privado a la vez que incrementa el Gasto Corriente estatal, ha venido aumentando el ya abultado déficit fiscal hasta márgenes peligrosos
La desaceleración económica global y la marcada pérdida de poder adquisitivo per cápita, han decrecido el comercio y afectado la calidad de vida de la mayoría de la sociedad; mientras, la banca sostiene utilidades e incrementa su capital.
La reactivación económica no se puede medir exclusivamente con base en el crecimiento de las utilidades de las empresas, porque debe medir el incremento en el poder adquisitivo per cápita