¿QUIÉN PAGARÁ LA CRISIS DEL MODELO?

¿QUIÉN PAGARÁ LA CRISIS DEL MODELO?

Chavela Villamil

Los actuales fenómenos macroeconómicos han disparado la inflación global sin que pueda ser controlada por los Bancos Centrales, ocasionando un desplome de la demanda que desacelera los mercados y amenaza con estancar las economías.

Desde el 2008 las principales economías capitalistas han estado en lo que el economista Michael Roberts ha denominado Gran Depresión, toda vez que se ha desplomado la productividad, la producción y el empleo formal, pero aun así se centra en el lucro monopolista y en la acumulación de capital en un reducido grupo, lo cual genera una brecha de desigualdad social insostenible [1].

La sostenida y creciente inflación que ha impactado los mercados globales y con mayor fuerza las economías dependientes como las de los países de América Latina, ha llevado a la desaceleración de los mercados y por ende el decrecimiento del producto interno. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) disminuyó sus proyecciones económicas para la región, este año América Latina se expandirá 3,6 por ciento, mientas que América del Sur lo hará 3,7 por ciento [2].

El Secretario Ejecutivo de la Cepal afirma que, “una cascada de crisis ha llevado a un panorama completamente incierto y que se vería reflejado en la desaceleración, en el mediano plazo el crecimiento de las economías será muy bajo y algunas decrecerán” [2].

El poder adquisitivo no se adquiere recogiendo “goticas”

El modelo económico tiene implícita la falacia de que el fortalecimiento de las mega empresas de capital privado genera desarrollo sostenible, en otras palabras el Trickle Down Effect (TDE, por sus siglas en inglés), donde “la productividad y el desarrollo” se sustentan en el favorecimiento fiscal y tributario de las grandes empresas, ya que si estas empresas aumentan su riqueza esta supuestamente se derramaría por goteo hacia las capas medias y bajas de la sociedad.

Los países que por décadas han aplicado el TDE en su economía no han logrado minimizar la brecha de desigualdad, ni han incrementado el poder adquisitivo per cápita; por el contrario, a medida que los dividendos del capital privado se incrementan los ricos se vuelven más ricos, se pauperiza el sector asalariado y crece el empleo informal, lo cual aumenta la brecha de pobreza y desigualdad.

Keynes sostienen que “la crisis económica no existe debido a la escasez de recursos, sino por la escasez de demanda, que provoca que no se consuma lo suficiente como para tener que producir una cantidad de bienes que dé trabajo a todos” [3]; en otras palabras, la dinamización de la economía depende del fortalecimiento del poder adquisitivo de las personas y no de las rentas de las mega empresas.

La Apertura Económica solo sirvió a unos pocos

A partir de la década del 90 el país incrementó la política económica neoliberal bajo el sofisma de la internacionalización de la economía y la diversificación de las exportaciones, lo que dio pie a la política de Apertura Económica (AE) y nos arrojó a la era de los Tratados de Libre Comercio (TLC).

La AE permitió que mercados extranjeros inundaran nuestro mercado con productos de menor valor y calidad igual o superior a los producidos en el país, haciendo que la industria local fuera incompetitiva y generó un cambio en el mapa productivo del país y en la oferta de materias primas; en otras palabras, la AE nos convirtió en una economía dependiente que erróneamente optó por resolver su consumo interno a través del mercado exógeno.

Un modelo basado en la autosostenibilidad

La reactivación y la solidez de la economía se consigue aumentando el flujo de capital líquido y la creación de nuevas plazas laborales, además es necesaria una tributación redistributiva y diferencial acorde al capital neto, esto dinamiza el poder adquisitivo per cápita aumentando la demanda, lo cual se traduce en reducción del desempleo y aumento de la capacidad de producción de las empresas.

La política económica del país debe estar fundada en favorecer a todos los colombianos, en especial en subsidiar capas bajas de la sociedad, además el desarrollo sostenible debe tener como eje central el aumento del poder adquisitivo per cápita; en otras palabras, como sociedad debemos luchar por una política económica que disminuya el Gasto Corriente (burocracia. Guerra, pago de Deuda Externa) e incremente de manera integral el Gasto Social.

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[1] Las tres contradicciones de la Gran Depresión. Michael Roberts, 29-08-2022.

[2] América Latina y el Caribe crecerá 3,7% este año y 1,3% en 2023. Valora Analitik, 15-12-2022.

[3] Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero. John Maynard Keynes.

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