[Himelda Ascanio]
Sin pruebas concluyentes fueron llevados a las cárceles cientos de jóvenes que participaron del estallido social del año anterior.
Categoría: Solución Política
En Colombia se registran 200.000 seres humanos víctimas de Desaparición Forzada de los cuales 12.261 son mujeres. Este Crimen de Lesa Humanidad ha sido usado por el régimen como instrumento de terror para desarticular procesos organizativos y vaciar territorios.
La Tasa de homicidios ha disminuido en algunas regiones del país mientras se incrementa en otras, sin embargo, han aumentado las masacres; por ende, pese al cambio de Gobierno el régimen continúa imponiendo el miedo para evitar el cambio social y político que la sociedad mayoritariamente reclama.
Empresarios y terratenientes en colusión con empresas multinacionales persiguen y eliminan a las comunidades y Defensores de Derechos Humanos (DDH) que defienden la vida y el territorio, al clasificarlos como un obstáculo a sus megaproyectos petroleros, mineros, agronegocios, entre otros.
Uribe la semana pasada sentenció, ‘no se puede resolver los problemas de tierras al costo de permitir invasiones que generen de nuevo sangre a manos de la justicia privada’, al día siguiente más de 400 terratenientes desfilaron en camionetas blancas en Plato, Magdalena, para atemorizar los pobladores.
El 9 y 10 de septiembre se conmemoraron dos años de la masacre de 14 personas y más de 305 heridos a manos de la Policía en Bogotá y Soacha, lucha contra la crueldad policial que hoy se mantiene pues militares y paramilitares continúan atacando la protesta social.
El Informe de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (Gitoc) ubica a Colombia como el segundo país con más cantidad de organizaciones y mercados criminales superado solo por la República Democrática del Congo, el estudio abarcó los 193 países miembros de la ONU [1].
La participación cuando es ‘de verdad’ es democracia, es el pueblo no sólo las élites incidiendo en su propio destino, la participación será un componente decisivo en el Proceso de Paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Luego de presentarse el Informe Final de la Comisión de la Verdad, y a escasas dos semanas del inicio del nuevo Gobierno, el país cuenta con una nueva investigación sobre el arma paramilitar, necesaria para avanzar en la superación la violencia endémica que amenaza nuestra existencia como sociedad.
La semana pasada en su visita a Bogotá los voceros de Estados Unidos afirmaron que sus políticas del pasado contra el narcotráfico han marginalizado a algunas personas en Colombia, narrativa edulcolorada de los desastres humanos y medioambientales que acarrean.