EN MEDIO DE LA CRISIS LA BANCA CONTINÚA PERCIBIENDO GANANCIAS
Chavela Villamil
La desaceleración económica global y la marcada pérdida de poder adquisitivo per cápita, han decrecido el comercio y afectado la calidad de vida de la mayoría de la sociedad; mientras, la banca sostiene utilidades e incrementa su capital.
El modelo económico imperante genera acumulación de capital en un reducido grupo plutocrático, mientras incrementa la brecha de desigualdad y cultiva la pobreza (monetaria y multidimensional), lo que empobrece y excluye grandes esferas sociales -principalmente, media, baja y cordones de miseria-, lo que exacerba la actual crisis económica global. Aunque en medios de la crisis global de capitales, se presentan fluctuaciones positivas que reflejan algunos mercados, estas son muy bajas y, por tanto incipientes y volátiles, como para modificar el patrón desacelerado del Producto Interno Bruto (PIB); además la pérdida de poder adquisitivo en buena parte de la población, el estancamiento del empleo que no cede y la proliferación del trabajo informal como única fuente de ingresos, son señales irrefutables de una economía en crisis y que en el mediano plazo no podrá ser solventada.
Continúa creciendo el capital plutocrático
El año anterior el crecimiento económico fue de 1,6 por ciento y según proyecciones del Banco de la República este año no superará el 2,4 por ciento, ya que prevalece la marcada desaceleración económica y persiste la pérdida de poder adquisitivo en dos tercios de la población, a su vez la actividad económica empieza a ser liderada por el trabajo informal o rebusque, ocho de cada diez trabajadores tienen como única fuente de percepción de ingresos la informalidad, cuyos ingresos no superan el 50 por ciento de un salario mínimo legal vigente; esto genera fluctuación de masa monetaria, pero no modifica el déficit de poder adquisitivo y costo de vida, que no alcanzan a suplir las necesidades básicas.
La informalidad laboral en Colombia es un factor determinante en la creciente desigualdad económica del país; la falta de acceso a derechos laborales, las disparidades regionales y las barreras a la formalización contribuyen a un ciclo de pobreza y exclusión, que afecta a millones de colombianos. Para abordar este problema, es fundamental implementar cambios estructurales que promuevan la formalización del empleo y que mejoren las condiciones laborales, así como fomentar un entorno económico, que permita el desarrollo equitativo y sostenible.
En contra vía a la desaceleración económica del país y la pérdida de poder adquisitivo generalizada en la población, los oligopolios plutocráticos continúan creciendo sus utilidades y aumentando su capital, dentro de estos uno de los sectores de mayores utilidades es la Banca. Los más recientes informes de Asobancaria y la Superintendencia Financiera, al cierre del primer trimestre de este año, las utilidades del sistema financiero se ubicaron en 11,3 billones de pesos y, las ganancias de los bancos llegaron a 696.700 millones de pesos, lo que representa un aumento del 43 por ciento, respecto al mismo periodo del año anterior.
Estrategias y paradigmas para reactivar la economía
La estabilidad y dinamización de una economía no está inferida únicamente por la ocupación laboral, sino que en sí misma está determinada por la capacidad de poder adquisitivo per cápita, toda vez que el mercado interno cae en una precipitación de la demanda que desacelera la misma; por ende, es un riesgo financiero sostener la productividad con base en una economía informal, aunque esta garantiza fluctuación de masa monetaria, no permite generación sostenida y progresiva de poder adquisitivo per cápita, además de pauperizar las condiciones laborales.
La marcada contracción de la economía requiere que el Gobierno trace un plan de emergencia, que debe centrarse en la disminución del Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de intereses de la Deuda Externa) y el incremento del recaudo sostenido o enfocado en la captación por volumen de capital neto, aumentando la tributación a los grandes capitales y empresas, con un enfoque redistributivo, no priorizando la inversión y la rentabilidad, además de congelar la media incremental del pago de pasivos onerosos como la Deuda Externa.
La reactivación y la solidez implica un cambio de modelo económico o por lo menos un cambio en la política económica y fiscal, priorizando suplir el mercado interno, a través del fortalecimiento de la industria y la producción nacional, además de desarrollar planes secuenciales que dinamicen el poder adquisitivo per cápita y decrezcan el costo de los servicios básicos y esenciales.