LA LUCHA DE CLASES, ETERNAMENTE VIGENTE

LA LUCHA DE CLASES, ETERNAMENTE VIGENTE

Damaris Izaguirre

El sistema pauperiza las condiciones laborales y salariales de la clase trabajadora, resguardado por el régimen y el auspicio de los sucesivos gobiernos, -incluyendo los que posan de progresistas-; explotación que reafirma la vigencia de la lucha obrera y popular.

Pese al cambio político de hace casi tres años que permitió instaurar un Gobierno progresista, las condiciones laborales siguen igual o quizás peor que a los inicios de la lucha obrera; pero quizás el mayor fantasma que se cierne sobre la sociedad y tiene en crisis letal a la economía del país, es la proliferación del empleo informal o rebusque, -que abarca el 60 por ciento de la población trabajadora-, modalidad que es un engaño en términos de productividad, además de no proveer los recursos para que Los Nadie tengan la capacidad de solventar los gastos básicos.

Para empeorar los males, el Congreso de la república continúa siendo un acérrimo enemigo de los trabajadores asalariados y de la Colombia profunda, ya que persisten en defender los intereses plutocráticos del régimen, y por ello se siguen oponiendo en bloque a aprobar una tibia y tímida reforma laboral, que no resuelve los problemas estructurales de los trabajadores, tan solo les devuelve unos pocos derechos adquiridos y arrebatados por la élite, como lo son el pago de las horas extras, por citar tan solo un caso.

Las transformaciones sociales y laborales de orden estructural que ha exigido el movimiento obrero y popular desde sus inicios, y ratificado por el Estallido Social de 2021, son mandatos vigentes que deben cumplirse a toda costa y que basándonos en los hechos, este Gobierno jamás los cumplirá, ya que solo se ha dedicado a hacer cambios cosméticos que generan un ambiente artificial de transformación, que tan solo dan un efímero ambiente de satisfacción, pero que jamás resolverán las necesidades de la gente, y mucho menos le recortará privilegios al régimen o depondrá el statu quo.

En esta fecha emblemática del Día de los trabajadores, es pertinente remembrar y retomar los planteamientos del padre Camilo Torres, “la unión de la clase popular es vital para restablecer el orden social y permitir que los que tienen hambre y sin oportunidades laborales, los excluidos y quienes no tienen acceso a la tierra, entre otros, logren cambiar sus condiciones y tengan una vida digna”; por lo tanto, las transformaciones estructurales no se pueden dejar a la deriva, y en ello es indispensable la unidad popular y la lucha determinada de los excluidos, porque solo de manos de la lucha popular vendrán los cambios y las trasformaciones de fondo, que durante décadas le han sido negadas a Los Nadie.

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