TRAPO Y BRILLO

TRAPO Y BRILLO

Karina Pacheco

Con el pasar de los años, la tecnología, los cambios sociales y conductuales de cada generación van introduciendo cambios en la jungla de cemento; volviendo obsoletas algunas profesiones, mientras otras se sostienen incólumes y se heredan de una generación a otra.

La jungla de cemento es un caos donde todos van y vienen, donde no queda tiempo de casi nada, aunque en medio de este caos, algunos hacen pausas para tratar de lucir mejor, unos lo hacen por costumbre, por hábitos, por mejorar su aspecto para el trabajo, pero sin importar la razón, aún son muchos los que dedican parte de su tiempo y así sea una vez por semana embellecen su calzado. Hoy, hablar de lustradores de calzado se asocia con un mito urbano, como el del icónico personaje Heriberto de la Calle creado por Jaime Garzón; sin embargo, son una profesión que pese a la modernidad y colonización que han hecho los zapatos tenis en las prendas de vestir, aún son muchos los que recurren a estos profesionales del trapo y el brillo, para mantener su calzado lustroso.

En el corazón de la jungla de cemento encontramos a Manuel y a varios de su colegas, Manuel es un hombre con más de 25 años de experiencia en el lustrado de calzado, aprendió el oficio de su padre y desde que le trasmitió este arte se ha dedicado a esta profesión; no es un trabajo fácil, pues no solo es aplicar betún, trapo y brillar, en esta profesión es vital lograr empatía con el cliente y mientras se lustra, poder llevar una conversación agradable y amena, y claro es crucial dejar los zapatos limpios y sin manchar las medias o el pantalón.

Manuel desde hace más de dos décadas, con zapatera en mano sale de su casa antes de las 6 de la mañana y a eso de las 7 ya está en su puesto de trabajo, una vieja plaza del corazón de la jungla de cemento, reconocida por ser un sitio que congrega a varios lustrabotas de la ciudad. Manuel no es millonario, pero es feliz en su profesión y esta le ha permitido tener una vida digna y cubrir las necesidades de su familia, “no soy rico, pero vivo bien gracias a mi trapo y el brillo”.

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