PETRO Y UNA POSIBLE TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA

Antonio García Primer Comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la semana anterior respondió esta entrevista a la Fundación Nuevo Arco Iris, en la que explica la posición de esta guerrilla sobre las posibilidades y retos que enfrenta el actual Gobierno.

1. ¿Cuál es la caracterización que realizan del actual gobierno de Gustavo Petro?

Antonio García: En los primeros meses el Gobierno de Petro intenta sacar adelante la plataforma de campaña, pero de manera paralela trabaja acuerdos con los partidos del viejo mundo político que están más interesados que la vida del pueblo siga igual, como ha sido el caso de la negociación de tierras con Fedegan. Es lógico que este tipo de acuerdos alejen al Gobierno de las mayorías del país. Podríamos decir que el gobierno puede tener intenciones, pero al final puede quedarse en retórica si no concreta asuntos sustanciales que materialicen el cambio. El tiempo avanza y se aplazan los cambios.

2. ¿Cuáles componentes del programa y agenda del cambio presentada por el nuevo Gobierno recoge la apuesta estratégica del ELN y cuales otros elementos sería necesario incorporar?

AG: Cualquiera que se proponga una estrategia sabe que en cuatro años no es posible lograr objetivos o metas de ese carácter. Entendemos que el Gobierno de Petro se mueve hacia una posible transición democrática; más concretamente hacia una democratización en el terreno económico, político y social. Desde luego que el ELN y amplios sectores de la sociedad colombiana tienen unos objetivos que van más allá de los que ofrece este Gobierno.

3. Desde su valoración, ¿qué viabilidad tiene la estrategia y programa de cambio del actual Gobierno progresista y cuáles son los principales nudos críticos para su realización?

AG: Este Gobierno tiene una etapa de prueba que consiste en cumplir con los pliegos negociados por anteriores Gobiernos que han sido incumplidos; y en segundo nivel abrir la brecha para cambios o reformas más de fondo en el campo social, económico y político que puedan ir más allá de este Gobierno, que se puedan mantener en el tiempo y avancen hacia cambios estructurales. Pero existen las barreras o talanqueras que coloca el viejo Estado y el régimen político imperante, donde la oligarquía de viejo y nuevo cuño mantiene la hegemonía que se alcanza a ver en las pujas del parlamento, que frenan reformas; para no hablar de los otros estamentos que manejan el verdadero poder.

4. ¿En la disposición de ELN a iniciar el proceso de diálogo y negociación con el Gobierno, cuáles serían los puntos de partida propuestos por ustedes y cuales los puntos álgidos para la discusión donde ustedes visionan tendrían mayores obstáculos en la negociación?

AG: El ELN siempre ha tenido voluntad de paz, de diálogo; eso está registrado en la historia, puede consultarse en la documentación real existente donde puede verse los verdaderos causales de los rompimientos de los procesos de paz con los anteriores Gobiernos, tan es así que con el actual Gobierno estamos dándole continuidad a lo pactado con el Gobierno de Juan Manuel Santos. En el reinicio, lo correcto es hacer los ajustes de Agenda y diseño del proceso a fin de actualizar, manteniendo sustancialmente lo acordado. Siempre el tema sustancial ha sido entender la naturaleza política y social del alzamiento armado; hasta tanto esto no se supere, los Gobiernos seguirán tratando de imponer las políticas de pacificación, sometimiento que según ellos deben llevar a la desmovilización, al desarme y la reinserción; sin que haya las transformaciones en la sociedad que originan y reproducen el alzamiento armado, por tanto el ciclo del conflicto continuará.

Al decir de los Gobiernos, lo primero es la paz, entendida como desmovilización y desarme, para que luego se den los cambios, que traerán la justicia social y la democracia. Nosotros pensamos que debe ser al revés: sólo los cambios, la justicia social, la democracia podrán traer paz.

5. ¿Cuáles transformaciones en la doctrina y la estructura de las Fuerzas Militares creen fundamentales para la salida política negociada y la democracia del país?

AG: Si fuésemos rigurosos, la Doctrina es cómo se hacen las cosas, por eso en este campo se dice que operan las tácticas, técnicas, métodos, procedimientos, así como los principios que regulan el cómo hacer en correspondencia con lo que se busca, o sea los objetivos estratégicos. Así las cosas lo de fondo no es sólo la Doctrina Militar del Estado, sino su concepción de defensa y la valoración de las amenazas; pues la oligarquía ha definido que la amenaza es la lucha del pueblo, de los desposeídos y de toda expresión de lucha que nazca de ahí y proyecte cambios para bien de las mayorías. Esa concepción termina definiendo al pueblo como su principal enemigo, así como toda expresión política que encarne esa lucha.

6. El Gobierno comienza a desarrollar la propuesta de los diálogos territoriales vinculantes. ¿Ven una relación entre el diálogo nacional y la participación de la sociedad propuesto por ustedes y los diálogos regionales vinculantes que propone el actual Gobierno progresista?  ¿En su concepto cual es la metodología y agenda para los diálogos vinculantes en los territorios y que impactos positivos prevén para el proceso de negociación ELN-Gobierno nacional?  ¿Qué otros procesos de diálogo con la sociedad civil tienen ustedes como propuesta?

AG: Hemos dicho que un proceso de diálogo que construye acuerdos es sobre la base del entendimiento, y el escenario para dicho entendimiento y construcción de acuerdos es la Mesa de Diálogos ELN-Gobierno; lo que no se acuerde ahí no tendrá validez, pues al ELN se le podría ocurrir inventarse algo distinto y no sería correcto imponerlo como acuerdo en la Mesa. Cualquier asunto que se examine en la Mesa se asume como propuesta; si el Gobierno propone, el ELN podrá hacerlo también. Por tanto examinaremos propuestas tanto del Gobierno como del ELN que tengan que ver con formas de diálogos con participación de la sociedad. 

7. ¿Cuál es la política alternativa que ustedes proponen para la solución del problema de los cultivos de uso ilícito y demás eslabones del narcotráfico?

Ante el fracaso recurrente de las políticas de guerra para superar el narcotráfico, el ELN siempre ha propuesto la necesidad que la sociedad colombiana adelante un debate de fondo este fenómeno, ya que los Gobiernos no han atinado. Además de lo anterior el ELN esencialmente ha planteado lo siguiente:

– Solo la legalización de las sustancias psicoactivas, acabará con las ganancias extraordinarias del narcotráfico y su razón de ser.

– Se necesita un pacto de responsabilidad compartida entre países productores y consumidores de narcóticos.

– Los narco dependientes son enfermos que deben atender los Estados y no deben ser perseguidos como delincuentes.

– Los campesinos que trabajan en cultivos de uso ilícito, deben tener planes alternativos de producción alimentaria o de materias primas industriales, financiados por los Estados, para que puedan resolver su subsistencia sin recurrir a los cultivos de uso ilícito.

– Además de perseguir los Carteles de los países que producen narcóticos, se debe perseguir los Carteles de distribución en los países industrializados consumidores; así mismo, a los Carteles de precursores químicos y de lavadores de los narco dinero en el sistema financiero internacional y en los Paraísos Fiscales.

8. Ustedes han hecho una crítica explícita al modelo DDR (Desmovilización, Desarme y Reinserción), ¿en el hipotético caso de un avance positivo en la mesa de negociación cual es el modelo de transición a la política y desactivación de la fuerza militar que ustedes proponen?

AG: También podríamos decir lo contrario, el Gobierno qué Colombia nos ofrece primero de manera hipotética y ahí miramos. Esto nunca ha sido posible, habría que interrogarle al Gobierno por qué no lo hace. Si hubiese voluntad no habría ninguna necesidad de negociar nada, y los Gobiernos por propia voluntad deberían haberlo realizado. ¿Por qué tienen que esperar a negociar con la guerrilla? Hoy podemos decir que las Exfarc negociaron por una Colombia hipotética, pero la Colombia real sigue siendo la que produjo las protestas de los últimos 3 años y todo sigue igual. 

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AFICHE:

´Lo firmado en La Habana no es más que un Acuerdo mediante el cual las Farc se bajan de la lucha armada como herramienta política, a cambio de que el Estado cumpla la Constitución´.

Fernán Gonzalez, en entrevista de 2017 con Yamit Amat.

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9. La justicia transicional representada en la arquitectura de la jurisdicción especial para la paz (JEP), entendemos es un modelo de justicia que ustedes rechazan de entrada. ¿Comprendiendo las limitaciones que coloca la justicia internacional frente a la amnistía de crímenes de guerra y lesa humanidad, cual modelo de justicia proponen para realizar el cierre definitivo de la apuesta insurreccional de ELN?

AG: El ELN es una organización alzada en armas, no acepta la juridicidad del Estado colombiano, la JEP es parte de dicha juridicidad y no fue construida en un acuerdo político con el ELN, no tenemos con el Gobierno ningún acuerdo a parte de la Agenda temática pactada. Otra cosa distinta es el Derecho Internacional, pues la JEP es tan sólo un acuerdo de un Gobierno con una guerrilla que se desmovilizó.

10. Ven posibles los ceses bilaterales o treguas bilaterales con el Estado y ¿cuáles serían los mecanismos de monitoreo y verificación?

AG: El ELN tiene experiencia en Ceses el Fuego bilateral y unilateral, será un asunto de examinarlo en la Mesa y valorar su conveniencia, así como compromisos, responsabilidades y condiciones que habrá que crear.

11. ¿Es posible que su organización pacte Ceses al Fuego o treguas multilaterales con otras estructuras armadas, que actúan en sus territorios, llámense disidencias, autodefensas gaitanistas u otros? Y de ser afirmativa dicha posibilidad ¿cuáles serían los mecanismos de monitoreo y verificación?

AG: Las otras agrupaciones armadas son bandas paramilitares y bandas dedicadas al narcotráfico, en su mayoría son funcionales a las Fuerzas Militares y de Policía del Gobierno colombiano, y por tanto parte de su diseño de Guerra subsidiada, que el Estado adelanta en cuerpo ajeno. Estas bandas carecen de proyecto político, no tienen un mando responsable y no guían su comportamiento con base en una ética. Así las cosas el Estado debe que responsabilizarse por ellos.

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