LA POLÍTICA DE DUQUE ES UN FRACASO ECONÓMICO

Chavela Villamil

Décadas de un modelo económico que monopoliza los medios de producción y las utilidades en una reducida élite, aunado a unas nefastas políticas económicas que han contraído el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, desacelerando la economía e incrementando la desigualdad.

La política económica de Duque se centró en la teoría neoliberal del Trickle Down Effect (TDE, por sus siglas en inglés), donde se plantea la falacia de que el fortalecimiento de la minoría de mega empresas de capital privado trae un derrame de riqueza sobre el resto de la sociedad, y sustenta el desarrollo en el favorecimiento fiscal y tributario de las grandes empresas, ya que si las empresas aumentan su riqueza esta se derramaría por goteo hacia las capas medias y bajas de la sociedad.

Los países que por décadas han aplicado el TDE en su economía no han logrado minimizar la brecha de desempleo, ni mucho menos han aumentado la capacidad de compra de los trabajadores; por el contrario, a medida que los dividendos del capital privado se incrementan los ricos se vuelven más ricos, mientras se pauperiza el sector asalariado y se incrementa el empleo informal, lo cual aumenta la brecha de pobreza y desigualdad decreciendo el poder adquisitivo y a su vez desacelera el mercado por una caída brutal de la demanda.

Una política económica deficitaria

En términos de política financiera y fiscal, las políticas de Duque incrementaron el déficit socioeconómico existente por tres aspectos fundamentales: 1) gastamos más de lo que producimos, 2) el recaudo se destina mayoritariamente al Gasto Corriente (burocracia, Guerra, Pago de Deuda Externa), 3) incrementamos en exceso el déficit de balanza comercial, ya que sobre importamos a tal punto que el 43 por ciento de los alimentos que consumen los hogares son del extranjero.

Tras la contracción del PIB en menos 8,6 por ciento el año anterior, este año este indicador ha venido reputando de manera moderada lo que llevó a que durante el primer trimestre fuera de 8,5 por ciento, un aumento del 1 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior [1].

El aumento del PIB está jalonado por el incremento en las ventas de los sectores de comercio, alojamiento, servicios de comida y las actividades artísticas, en otras palabras, el repunte de la economía es un aumento volátil sin capacidad de sostenerse en el tiempo; por tanto, este incremento solo se refleja en la utilidades de los grandes empresarios, pero no en aspectos trascendentales como la recuperación del empleo, la formalización del trabajo informal que está en 44,8 por ciento, y el déficit en Gasto Social.

Durante el Gobierno de Duque se incrementó considerablemente el Gasto Corriente y el gasto administrativo estatal, pero en contraste se intentó resolver el déficit fiscal que asciende a 105 billones de Pesos vía Reforma Tributaria, basada en la ampliación de la base tributaria, el incremento de las exenciones tributarias a las grandes empresas y la reducción de las exenciones del Impuesto del Valor Agregado (IVA), lo cual repercute negativamente en el costo de vida e incrementa los márgenes de pobreza monetaria y pobreza extrema.  

El país necesita un cambio estructural

El modelo actual no es sostenible y no genera ni inclusión social ni mucho menos crecimiento ni productividad, por lo tanto, es impostergable tener un modelo económico que minimice el Gasto Corriente y priorice el Gasto Social, para subsidiar a los sectores más empobrecidos y excluidos; para lo cual, requerimos un sistema tributario y fiscal redistributivo y diferencial acorde al capital neto, es decir, quienes más capital o lucro tengan sean los de mayor tributación y menor exención fiscal y tributaria.

Cualquier propuesta tributaria y financiera que tenga por objeto mitigar el déficit de Gasto Social y por ende minimizar la brecha social y la pobreza monetaria, es inocua y demagógica sino se rompe la lógica antifinanciera de una Deuda Externa impagable y que asfixia el PIB nacional y disminuye el monto de la destinación del Gasto Corriente; además la dinamización de la economía requiere un modelo que tenga como base el aumento del poder adquisitivo per cápita, el desarrollo integral y el fortalecimiento del sistema productivo nacional.

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[1] La economía colombiana crece uno por ciento en el primer trimestre de 2022. Valora Analitik, 16-05-2022.