COLOMBIA OBEDECE UN DICTADO DE LA OTAN
Hernando Martínez
El 23 de mayo se conoció que el Gobierno colombiano cumplirá un requerimiento de Estados Unidos (EEUU) y la Otan para proveer entrenamiento militar a las Fuerzas Armadas de Ucrania; hay que recordar lo dicho por Kissinger que ‘es peligroso ser enemigo de EEUU, pero ser su amigo es fatal’.
Las empresas de comunicación y el agónico Gobierno de Duque se esfuerzan por hacer ver como un hecho positivo para el país el envío de tropas colombianas al pantano de la Guerra en Ucrania, la decisión de exportar esta unidad táctica hace parte del plan de involucramiento de Colombia en la Guerra Híbrida (militar, económica, mediática, cibernética) que libra EEUU y la Otan contra Rusia y China, la que ha tomado cuerpo como una nueva fase de la Guerra Fría; en una reedición del involucramiento de hace 70 años, cuando otra dictadura conservadora envió tropas a la Guerra de Corea.
A la opinión pública le han informado que las tropas colombianas comenzarán sus actividades en suelo ucraniano en tareas de desminado militar propio de zapadores, operación militar que abrirá camino seguro a las tropas en operaciones ofensivas, lo que significa que serán los primeros que ‘le colocan el pecho’ a la artillería rusa; operación que es diferente al desminado humanitario donde se despeja el territorio para que la población civil circule con seguridad.
En este caso el Estado colombiano se involucra como cobeligerante al lado de EEUU y la Otan en contra de la Federación Rusa, en un conflicto planificado por la Otan a partir del Golpe de Estado del Euromaidan en 2014, que puso en el poder a un Gobierno que dio fuerza a la rusofobia en un país donde la población rusa es mayoría en regiones como Lugansk, Donetsk y Odesa.
Las acciones contra la población rusa del este de Ucrania llevaron en 2014 a la fundación de las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk, a las que el Gobierno de Kiev le declaró la Guerra causando 14.000 civiles muertos entre la población de origen ruso entre 2014 y 2021.
Desde antes de la operación militar rusa para respaldar la independencia del Donbas y la integridad de Crimea como territorio de la Federación rusa, ya la Otan estaba armando y entrenando a las tropas de Ucrania incluido el Batallón Azov, una fuerza paramilitar de ideología neonazi integrada a las Fuerzas Armadas ucranianas.
La Guerra en Ucrania fue planificada y atizada por la Otan, el hecho que Colombia envíe allí a sus tropas, es participar en hostilidades alinderados con el actor más agresivo del mundo, en cumplimiento de misiones de la Doctrina de Guerra Delegada, en el contexto de la nueva Guerra Fría de los EEUU contra China y Rusia.
Colombia en vez de estarse metiendo en Guerras entre potencias debe resolver su Guerra interna, y dedicar sus esfuerzos de política exterior para hacer de América Latina y el Caribe una región de paz.
Los movimientos políticos y sociales democratizadores deben presionar para que el próximo Gobierno no siga viendo a los países vecinos como una “amenaza para Colombia”, y para dejar de ser peón en Guerras ajenas que solo convienen a los intereses de EEUU y la Unión Europea.