LOS CUATRO PUEBLOS QUE DEFIENDEN LA SIERRA NEVADA

Carmen Tarazona

Los Kogui, Arhuaco, Wiwa y Kankuamo gritan a todo pulmón que, “el corazón del mundo está en riesgo de exterminio físico y cultural”, por los graves daños del extractivismo minero y los megaproyectos turísticos en la Sierra Nevada de Santa Marta (SNSM).

La SNSM es una pirámide montañosa de 17.000 kilómetros cuadrados en los departamentos del Cesar, La Guajira y Magdalena en el norte de Colombia, en sus 18 municipios habitan 34.711 Arhuacos, 18.202 Wiwas, 16.986 Kankuamos y 15.000 Koguis, quienes afincados en su cosmovisión protegen este bioma.

Desde 1973 el Estado colombiano delimitó esta Reserva indígena y ambiental con una Línea Negra, al mismo tiempo que vulnera sus Lugares Sagrados integrados por lagunas, manantiales, bosques y cerros, territorio que los indígenas exigen respetar y ampliar [1], porque la Sierra y sus pobladores enfrentan tres amenazas inmediatas: el calentamiento por el Cambio Climático, la deforestación, la destrucción ambiental por extractivismo y la violencia narcoparamilitar contra las comunidades.

La agonía de la Nevada

El glaciar de la Sierra Nevada en los últimos 30 años se redujo de 27 kilómetros cuadrados a 8, debido al Calentamiento Global y al daño ocasionado por la minería; por la actual carga de explotación agrícola y minera los humedales de la parte baja se han secado, por ello a las Autoridades Indígenas les preocupa que “el 85 por ciento del territorio está solicitado en Títulos Mineros, eso es una agresión muy fuerte” [2].

Las comunidades han denunciado que en su territorio hay 160 minas de diverso tipo entre pequeñas y grandes, que están afectando a 332 fuentes hídricas incluida la Ciénaga Grande de Santa Marta, según el Consejo Territorial de Cabildos de la SNSM hay 348 Títulos Mineros y solicitudes, 285 Títulos vigentes y 132 Proyectos mineros en marcha.

La supervivencia de estos pueblos sigue amenazada porque los indígenas denuncian que desde 2018 nuevos grupos narcoparamilitares, han copado numerosas áreas donde diferentes empresas ejecutan proyectos de gran minería, exploración petrolera y obras de infraestructura [3].

La Consulta Previa vulnerada

En 2014 la Corte Constitucional ordenó la suspensión de un Título Minero dentro de la Línea Negra por no haber realizado la Consulta Previa, entonces, el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018) inició 400 procesos de Consulta para las comunidades pero de proyectos mineros pequeños, por lo que los indígenas rechazaron la oferta por ser agotadora y contraproducente, y exigieron establecer normas claras para ordenar el proceso.

La Confederación Indígena Tayrona ha identificado 1.320 solicitudes de Títulos Mineros, 18 para explotación petrolera, en los que algunos se traslapaban con el resguardo Kogui – Malayo Arhuaco y con el Arhuaco de la Sierra Nevada [4].

La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) reconoce que de las áreas licenciadas para explotación de hidrocarburos, 12 se encuentran dentro de la Línea Negra afectando de manera directa a 14 Lugares Sagrados; otros proyectos de infraestructura como el Terminal de Exportación de carbón de Puerto Brisa, la represa hidroeléctrica Ranchería y el hotel Los Ciruelos también se encuentran dentro de la Línea Negra; los Arhuacos mantienen acciones de reclamación por incumplimiento del Gobierno de las Sentencias de la Corte Constitucional, que protegen la identidad cultural de sus pueblos.

El proyecto Parque Fotovoltaico Nabusimake en el departamento de Magdalena tendrá impacto en Lugares Sagrados dentro de la Línea Negra, vulnerando los derechos fundamentales: Territorio, Autonomía, Autoridad y Autodeterminación de los pueblos indígenas, Diversidad Étnica y Cultural, Igualdad Material, Debido Proceso, y la Consulta Previa, Libre e Informada [5].