SIGUEN LAS RÉPLICAS DEL ESTALLIDO SOCIAL DEL 2021

Himelda Ascanio

“Si un pueblo sale a manifestarse en medio de una pandemia es porque su Gobierno es más peligroso que un virus”: apoyo al Paro Nacional del cantautor puertorriqueño René ‘Residente’; estallido social que parte en dos la historia colombiana y crece cada día su portentoso grito por los cambios.

El 28 de abril de 2021 inició la movilización étnica, campesina, obrera, de colectivos artísticos y sobre todo juveniles, que tuvo una expresión masiva, diversa y sostenida por más de tres meses; impactó más de 600 municipios en 28 de los 32 departamentos, articuló sectores rurales y urbanos siendo epicentros de resistencia ciudades como Bogotá, Cali y Medellín.

Los detonantes del Paro Nacional de 2021

El Comité Nacional del Paro (CNP) integrado por sindicatos y algunas organizaciones sociales convocaron para el 28 de abril de 2021 un Paro Nacional para frenar la nefasta Reforma Tributaria [1], que a su vez traía el antecedente del rechazo que hizo el Gobierno en junio de 2020 al Pliego Nacional de Emergencia para enfrentar el hambre de 14 millones de colombianos, crisis que se profundizó con las restricciones por la Covid-19,  la que el régimen aprovechó para emitir Decretos y favorecer a los grandes gremios económicos dejando a la deriva 21 millones de empobrecidos.

A la desigualdad social se sumó la indignación por la criminalidad policial que masacró a 14 personas y dejó 305 heridos en Bogotá y Soacha el 9 y 10 de septiembre de 2020, sumado al asesinato de 1.166 líderes sociales y 267 excombatientes, la perpetración de 230 masacres desde el 24 de noviembre de 2016 hasta 19 de abril de 2021 [2], desplazamiento forzado, proliferación del narcoparamilitarismo, imposición de la fumigación con Glifosato en un deliberado desconocimiento del Acuerdo de Paz.

El país atravesaba el tercer pico de la pandemia con más de 450 decesos diarios, toques de queda, cuarentena los fines de semana y restricciones para varias actividades, pese a esto el Paro Nacional de 3 meses desbordó los alcances del CNP, construyó procesos desde abajo, se aglutinó en las Primeras Líneas, abrieron espacios para debate y formación, activaron redes de logística, médicas, defensa de DDHH, jurídica y de difusión en tiempo real que generaron expresiones de solidaridad y de cuidado local, nacional e internacional desafiantes de la ilegitimidad del régimen. 

Respuesta de Guerra contra el Grito de los Pobres

Para la Misión SOS Colombia la respuesta del Gobierno fue reprimir, estigmatizar, dilatar y dividir, con el Decreto 575 del 28 de mayo de 2021 aprobó la Asistencia Militar ejecutando maniobras de combate y la utilización de helicópteros y de armas de alta letalidad contra la movilización social como si se tratara de un grupo armado, la colusión de las Fuerzas Armadas (FFAA) y el paramilitarismo urbano salió a asesinar manifestantes, con rasgos propios de la Doctrina de Seguridad Nacional que convierte a los sujetos sociales en Enemigos Internos y por tanto objeto de eliminación [3].

En el Paro Nacional el régimen perpetró sistemáticamente Crímenes de Lesa Humanidad y de Guerra que dejaron 89 asesinatos, 1.929 heridos, 103 traumas oculares graves, 3.546 detenciones arbitrarias que en su mayoría conllevaron tortura, tratos crueles, inhumanos y violaciones sexuales, y 106 víctimas de violencia basadas en género de ellas 23 violaciones y 16 agresiones sexuales [4], 471 desaparecidos de ellos al menos 17 aparecieron muertos en el río Cauca, otros desmembrados en las calles o incinerados en centros comerciales [5].

Fueron agredidos 326 Defensores de DDHH (95 son mujeres), asesinado uno de ellos, 129 lesiones físicas, 139 casos de estigmatización y 34 capturados, mientras que la prensa independiente reportó agresiones contra 358 periodistas, camarógrafos y reporteros, el 60 por cientos los responsables fueron las FFAA, 32 por ciento particulares y un 8 por ciento funcionarios públicos [6]; posterior a la movilización el régimen ha judicializado más de 200 integrantes de las Primeras Líneas [7].

Para la Directora para las Américas de Amnistía Internacional “los verdaderos objetivos detrás de esta represión fue infligir miedo, desincentivar la protesta pacífica y en última instancia castigar a quienes exigen cambios en el país” [8].

El Genocidio continuado que perpetra el régimen

Camilo Borou Bosachira Axducaracyara indígena del Pueblo Barí pertenecía al Resguardo Iquiakarora ubicado en El Carmen, fue asesinado el 16 de abril en el barrio Higuerones, Tibú, Norte de Santander.

En el corregimiento de El Bermejo de Balboa, Cauca, el 17 de abril perpetraron una masacre que dejó 6 víctimas fatales.

Fraceneth Yolima Pérez Olaya de 34 años, excombatiente que hacía parte de la Fundación de Mujeres Chocolate y la Veeduría para la implementación del Acuerdo, fue asesinada el 18 de abril en Mesetas, Meta.

John Jairo Esquivel era integrante de la Asociación Campesina José Antonio Galán Zorro y participaba en la Guardia Campesina de la vereda Salem de Fortul, fue asesinado el 18 de abril en Saravena, Arauca.

Wilmer Hernández era integrante del Partido Comunista y del Sindicato del Agro Araucano (Sindeagro), fue asesinado el 18 de abril en la vereda Puerto Miranda de Tame, Arauca.

Andrés Eduardo Cruz Gómez era líder de los Boy Scouts fue asesinado el 19 de abril en la vía del Carmen de Viboral a Rionegro, Antioquia.

Brayan Stiven Ulcué Caso era excombatiente articulado en el Etcr Carlos Perdomo de Caldono, fue asesinado el 20 de abril en Santander de Quilichao, Cauca.

El 21 de abril en los corregimientos Juan Frío y La Parada en Villa del Rosario, Norte de Santander, cometieron una masacre que dejó tres víctimas fatales.