EL MODELO ACTUAL FAVORECE AL 1% DE LA POBLACIÓN

Chavela Villamil
La desaceleración económica global que afecta con mayor fuerza a las economías dependientes del capital extranjero, ha decrecido Producto Interno Bruto (PIB) y disminuido considerablemente el poder adquisitivo per cápita, lo que afecta el costo de vida de gran parte de la sociedad.
El modelo económico imperante genera acumulación de capital en un privilegiado grupo plutocrático, mientras incrementa la brecha de desigualdad per cápita y amplía el margen de desigualdad entre países del Norte del mundo con los del Sur, que empobrece y excluye grandes grupos de la sociedad y exacerba la actual crisis económica global.
Las fluctuaciones positivas que reflejan algunos mercados son muy bajas y por tanto incipientes y volátiles como para modificar el patrón decreciente del PIB; además, el modelo económico centra el crecimiento de la economía en la oscilación estadística del PIB, que no es más que una cifra macroeconómica, que apenas mide el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final, en otras palabras, no basta con medir las utilidades, ya que vender no es sinónimo de crecimiento económico; además este indicador no mide la capacidad de poder adquisitivo, que en sí es la que determina las fluctuaciones de la balanza comercial.
La capacidad de poder adquisitivo el año anterior decreció en 33,5 por ciento, lo que incrementó la desaceleración del mercado y ocasionó un desplome abrupto de la demanda en varios sectores de nuestra economía; por otro lado, el PIB no contabiliza las actividades económicas del mercado informal ni el autoconsumo, entre otros, además no mide la distribución de la riqueza ni la justicia social y ambiental; en otras palabras, solo se le da importancia al volumen de capital producido con finalidad monopólica, y no de carácter redistributivo y enfocado al Gasto Social.
Continúa creciendo el capital plutocrático
El año anterior el crecimiento económico fue de 1,6 por ciento y según proyecciones del Banco de la República este año no superará el 2,4 por ciento, ya que prevalece la marcada desaceleración económica y persiste la pérdida de poder adquisitivo en dos tercios de la población, pérdida de capacidad de compra que empieza a trasladarse a la casi extinta clase media, a su vez la actividad económica empieza a ser liderada por el trabajo informal, siete de cada diez trabajadores obtienen su sustento en la informalidad, esto genera fluctuación de masa monetaria pero no modifica el déficit de poder adquisitivo y costo de vida, ya que los márgenes percibidos son muy inferiores y no alcanzan a suplir las necesidades básicas.
La informalidad laboral en Colombia es un factor determinante en la desigualdad económica del país; la falta de acceso a derechos laborales, las disparidades regionales y las barreras a la formalización contribuyen a un ciclo de pobreza y exclusión que afecta a millones de colombianos. Para abordar este problema, es fundamental implementar cambios estructurales que promuevan la formalización del empleo y que mejoren las condiciones laborales, así como fomentar un entorno económico que permita el desarrollo equitativo y sostenible.
En contravía a la desaceleración económica del país y la pérdida de poder adquisitivo generalizado en la población, encontramos que la plutocracia hasta ahora no se ve afectada, porque sus inversiones y utilidades continúan fortalecidas y al alza. Según Oxfam el 1 por ciento más rico del mundo ha acaparado dos terceras partes de la riqueza global, y en Colombia esta tendencia se mantiene, ya que el 33,7 por ciento de la riqueza está concentrada en un reducido 1 por ciento de la población.
Según la revista Forbes, el año anterior la riqueza de la plutocracia nacional creció exponencialmente. Seis de ellos sumaron 12.700 millones de dólares a sus fortunas, de estos 4 están relacionados con el sector bancario y financiero [*].
Estrategias y paradigmas para reactivar la economía
La estabilidad y dinamización de una economía no está inferida únicamente por la ocupación laboral, sino que en sí misma está determinada por la capacidad de poder adquisitivo per cápita, toda vez que el mercado interno cae en una precipitación de la demanda que desacelera la misma; por ende, es un riesgo financiero sostener la productividad con base en una economía informal, aunque esta garantiza fluctuación de masa monetaria, no permite generación sostenida y progresiva de poder adquisitivo per cápita, además de pauperizar las condiciones laborales.
La marcada contracción de la economía requiere que el Gobierno trace un plan de emergencia, que debe centrarse en la disminución del Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de intereses de la Deuda Externa) y en el incremento del recaudo sostenido o enfocado en la captación por volumen de capital neto, aumentando la tributación a los grandes capitales y empresas, con un enfoque redistributivo, no priorizando la inversión y la rentabilidad, además de congelar la media incremental del pago de pasivos onerosos como la Deuda Externa.
La reactivación y la solidez implica un cambio de modelo económico o por lo menos un cambio en la política económica y fiscal, priorizando suplir el mercado interno a través del fortalecimiento de la industria y la producción nacional, además de desarrollar planes secuenciales que dinamicen el poder adquisitivo per cápita y decrezcan el costo de los servicios básicos y esenciales.
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[*] Los más ricos de Colombia de 2024: todos ganaron en el último año. Forbes, 18-01-2025.