LAS POLÍTICAS PÚBLICAS INCREMENTAN LA DESACELERACIÓN ECONÓMICA

Chavela Villamil
Las diferentes medidas que ha adoptado el Gobierno para solventar el creciente déficit fiscal, no solo han resultado inocuas en términos de que este continúa creciendo, sino, que además han aumentado la crisis económica e incrementado la desaceleración del mercado.
El sistema capitalista ha venido generando marcadas brechas de desigualdad, las que ante los últimos acontecimientos macroeconómicos, ha llevado a que todas las economías sin excepción se desaceleren e incrementen ostensiblemente su déficit de Gasto Social. En los últimos años, tanto las economías desarrolladas como las en vía de desarrollo, han repuntando levemente sus indicadores, aunque aún sus indicadores se sostienen en la zona de desaceleración, en la que han estado sumidas desde el periodo pospandémico.
Mala calificación implica subida de intereses
La aplicación continua de un modelo económico de libre mercado, que monopoliza la riqueza en un reducido grupo plutocrático, incrementa la desigualdad y la pobreza (monetaria y multidimensional), además de desacelerar el mercado global; que incrementa el déficit de poder adquisitivo, impactando negativamente el mercado interno, desacelerándolo y acercándonos a una recesión profunda.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recientemente actualizó sus proyecciones económicas; enfatizan en que nuestra economía este año crecerá un estimado de 2,3 por ciento, mientras la inflación frenará su disminución y se estacionaría sobre el 5,8 por ciento [*]; esta modificaciones a la baja se deben en gran medida al creciente déficit de Cuenta Corriente [Deuda Externa -DE-] que tiene nuestro país, sumado a la reciente suspensión de la Regla Fiscal, que inminentemente ocasionará que las calificadoras de riesgo financiero como Moody’s nuevamente bajen la calificación de nuestro país, conllevando un incremento automático de la Cuenta Corriente por aumento de la Tasa de Interés (TI), entre otros.
La OCDE es categórica al alertar por el persistente déficit fiscal en Colombia, lo que infunde mayor presión a la economía y la desacelera; aunque según la OCDE el crecimiento de nuestra economía recuperará gradualmente, será a un ritmo más moderado que en años anteriores.
Es nefasto priorizar el Gasto Corriente
El Gobierno en el Presupuesto General de la Nación (PGN) planteado para este año, de los 522,9 billones de pesos que lo componen, destinó 327,9 billones al Gasto Corriente, lo que equivale al 62,71 por ciento, a la par que reduce el monto destinado para inversión en 17,43 por ciento, lo que limita la atención de la Deuda Social y, por si fuera poco la derogación de la Regla Fiscal durante 3 años, que como daño colateral aumenta el ya oneroso Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de DE), lo que lleva a limites rojos el creciente Déficit Fiscal.
Incrementar el monto destinado a los intereses de la DE en 19,5 por ciento, es nefasto, porque este dinero no cubre la deuda de capital, sino que solamente amortiza los intereses. Continuar incrementando los empréstitos sin modificar la política de gasto, arriesga las vigencias futuras y nos pone al borde de la insolvencia, mucho más si se tiene en cuenta que en estos momentos gozamos de una economía desacelerada y un Producto Interno Bruto (PIB) decreciente.
Cualquier política económica es inocua sino rompe la lógica anti financiera de incrementar al Gasto Corriente y el pago a pérdidas de la DE. Se hace inaplazable un cambio estructural en el modelo económico, que conlleve una tributación que se centre en la recaudación por capacidad de capital; que implemente una política que formalice el empleo y genere solidez laboral e incremente el poder adquisitivo per cápita.
Es obligado cambiar el paradigma económico
La estabilidad y dinamización de una economía no está inferida únicamente por la ocupación laboral, sino que en sí misma está determinada por la capacidad de poder adquisitivo per cápita, toda vez que el mercado interno cae en una precipitación de la demanda, que desacelera la misma; por ende, es un riesgo financiero sostener la productividad con base en una economía informal, aunque esta garantiza fluctuación de masa monetaria, no permite generación sostenida y progresiva de poder adquisitivo per cápita, además de pauperizar las condiciones laborales.
La reactivación y la solidez de la economía se consigue aumentando el flujo de capital circulante y la creación de nuevas plazas laborales, además es necesaria una tributación redistributiva y diferencial acorde al capital neto, esto dinamiza el poder adquisitivo per cápita aumentando la demanda, lo cual se traduce en reducción del desempleo y aumento de la capacidad de producción de las empresas.
Superar la actual crisis económica y el déficit de poder adquisitivo, implica instaurar una política económica fundada en la formalización del empleo y la mejoría de las condiciones salariales, además debe generar una tributación redistributiva que permita subsidiar capas bajas de la sociedad, por tanto, se requiere nuevos paradigmas económicos que fomenten el desarrollo integral de la producción nacional.
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[*] La OCDE recortó la expectativa de crecimiento para Colombia en 2025. Valora Analitik, 17-06-2025.