EL RÉGIMEN SIEMBRA POBREZA

EL RÉGIMEN SIEMBRA POBREZA

Damaris Izaguirre

La disminución de la pobreza y la desigualdad se han convertido en una promesa recurrente durante las contiendas electorales; ofrecimientos que se quedan en ‘castillos de humo’, con que instrumentalizan la pobreza para convertirla en caudal electoral, y una vez electos, los castillos se disipan en el aire.

Desde tiempos inmemoriales en nuestro país la pobreza y la desigualdad han campeado por todo el territorio nacional, sin que ninguno de los sucesivos Gobiernos tome medidas radicales que equilibren la balanza y mejoren las condiciones de vida de más de la mitad de la población; todos los Gobiernos sin excepción se han quedado en medidas asistencialistas -mercados, subsidios, entre otros-, que no dan una solución estructural a este flagelo; según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), actualmente Colombia entre los países de la región ocupa el vergonzoso segundo lugar en pobreza y desigualdad.

 La disminución de la pobreza y la reducción de la brecha de desigualdad, junto al cambio de la Doctrina de Seguridad, son anhelos sentidos por gran parte de la población, que se vieron reflejados en las exigencias del Estallido Social de 2021; anhelos que Petro y sus allegados supieron capitalizar durante la contienda electoral de 2022 y que les dio paso a posesionarse como “Gobierno progresista”; sin embargo, una vez posesionados ha priorizado las alianzas con el régimen y cumplir los compromisos pactados con el Tío Sam y el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que redujo las promesas de campaña a simples medidas asistencialistas que den sensación de bienestar, que tras una linda fachada ocultan los problemas estructurales, que permiten que diariamente crezca la pobreza y la desigualdad.

En los casi 3 años de este Gobierno, aunque las cifras oficiales hablan de una leve mitigación de la pobreza -se basan en el crecimiento del empleo informal-, la calle muestra una realidad completamente distinta, a las familias colombianas cada día nos cuesta más conseguir dinero y se nos torna más difícil cubrir nuestros gastos más básicos y por supuesto, ahorrar y los planes de casa propia se han vuelto un lujo para los estratos 1 y 2, y buena parte del estrato 3. Acabar con la pobreza y la desigualdad es algo que le quedó grande a este Gobierno, porque está atado a los acuerdos hechos con el régimen; así que no queda otra opción que la presión social masiva y organizada, para exigirle al Estado un cambio estructural que nos beneficie a Los Nadie.

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