El capitalismo neoliberal ha sumido a la gran mayoría en la pobreza y una neoesclavitud que sostienen con una tiranía mafiosa, que este Paro Nacional confronta con la exigencia de cambios de fondo para sepultar este régimen dictatorial y antidemocrático.
Categoría: Voz Elena
Mi madre dice que no hay que dejar la olla a presión mucho tiempo sin sacarle el vapor porque se explota; Colombia es una olla a presión que durante décadas ha estado al fuego, en esta ocasión en vez de abrir la válvula le subieron al fuego y desde luego explotó.
Lo que hemos visto en estos 20 días de Paro Nacional no está dentro de lo rutinario, son hechos distintos a lo que han ocurrido en los últimos 50 años, que expresan un quiebre histórico en la lucha de clases en Colombia.
La lucha heroica que libra el pueblo en este Paro Nacional es reprimida cruelmente por el régimen con un saldo de miles de heridos, desaparecidos y detenidos, además de medio centenar de asesinados a quienes honramos en este Muro de los Justos.
En cerca de tres semanas de Paro Nacional la represión inclemente del régimen deja millares de víctimas, lo que ha hecho crecer el repudio a esta dictadura mafiosa y a sus cuerpos represivos, rechazo que traspasa las fronteras colombianas.
Ante la barbarie represiva se alzan muchas voces mientras el Gobierno de Estados Unidos (EEUU) guarda silencio cómplice, cuando pasan de 50 los asesinados en las protestas que exigen derechos fundamentales, el Paro Nacional exige desmontar el Esmad y atender los reclamos ciudadanos.
La insostenible situación fiscal nos enfrenta a una crisis de modelo económico, décadas de favorecimiento fiscal y tributario a las mega empresas y asfixia económica a los ciudadanos vía impuestos, nos ha sumido en una crisis socioeconómica sin precedentes.
Uribe en 1993 enterró la Salud Pública y la entregó a negociantes, en la década siguiente los narcoparamilitares se enriquecieron con ella y ahora en su tercer Gobierno busca terminar de privatizar este derecho fundamental, pero el Paro Nacional se le opone a tan maligna pretensión.
Colombia ha cambiado en los años recientes, está en momentos históricos especiales que habilitan desarrollos y saltos favorables al pueblo; esto lo evidencian las extraordinarias movilizaciones que se han desatado desde el pasado 28 de abril.
El régimen en su vano intento por sofocar el descontento social hace la guerra sucia contra los manifestantes y sus líderes, pese a la represión y la estigmatización de las protestas continúan buscando cambios y transformaciones sociales.
El Paro Nacional prosigue enfrentando ataques mortales de las Fuerzas Armadas y sus sicarios, quienes están ejecutando líderes como Lucas Villa, Crímenes de Lesa Humanidad por los que el Gobierno debe caer pero la impunidad los cobija y la disimulan llamando a un supuesto diálogo.
El 2 de mayo tras cinco días de movilización popular el Gobierno se vio obligado a retirar la Reforma Tributaria (RT) y a cambiar el Ministro de Hacienda; sin embargo, el problema no es la Reforma sino el modelo económico que convierte el recaudo en gasto corriente.