COLOMBIA NO NECESITA UNA REFORMA TRIBUTARIA

Chavela Villamil

El problema económico del país no radica en la captación de recursos sino en la prelación y la destinación del gasto; no basta con recaudar recursos debe cambiar la prioridad en el gasto para que el país pueda salir de la actual crisis socioeconómica.

La Reforma Tributaria (RT) –Ley de Solidaridad Sostenible– radicada por el Gobierno el pasado 15 de abril [1], tiene 3 problemas estructurales que la tornan improcedente.

En primer lugar, no cubre el actual déficit fiscal que está alrededor de 93,6 billones de Pesos, 8,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y una Deuda Externa que a enero de este año asciende a 156.834 millones de dólares, 51,8 por ciento del PIB [2]; en segundo lugar, no disminuye el gasto corriente y le da prelación a la amortización de la deuda. 

En tercer lugar, los cambios efectuados en el IVA afectan la balanza de mercado ya que al incrementarse los precios las personas pierden poder adquisitivo (frecuencia y cantidad), en otras palabras, incrementa la contracción de la economía.

El periodista deportivo Iván Mejía resume la indignación nacional en este trino: «la Reforma Tributaria de Carrasquilla es una hijueputada contra el bolsillo de la clase media: pensiones, servicios básicos, canasta familiar, IVA para el derecho a respirar; ese ministro es diabólico y perverso».

Reasignar los gastos disminuye el déficit fiscal

La RT presentada por el Ministerio de Hacienda pretende recaudar 23,4 billones de Pesos, de los cuales 7,1 billones vendrían por Impuesto de Valor Agregado (IVA), 3,1 billones por gravámenes a las empresas y 13,2 billones por impuestos a las personas naturales [3].

Durante los últimos años el Presupuesto General de la Nación (PGN) ha tenido como común denominador destinar cerca del 82 por ciento al gasto corriente (sostenimiento del Estado y el pago de la deuda) y 18 por ciento a inversión.

El año pasado en medio de la pandemia del Covid-19 se aprobó el PGN para 2021 [4], el cual incrementó el monto destinado al pago de la deuda en 22,4 por ciento, es decir 16,9 billones de Pesos, casi 4 veces más de la media incremental de los últimos siete años (6,1 por ciento); cabe agregar que en los años anteriores el PGN disminuyó el monto destinado al pago de la deuda, y no se presentó colapso de la economía ni las Aseguradoras de Riesgo cambiaron la calificación crediticia del país.

Si el PGN hubiera incrementado el pago de la deuda en la media (6,1 por ciento) el monto a pagar sería de 3,25 billones de Pesos, lo que dejaría libre un capital líquido de 13,65 billones de Pesos que representa el 58,3 por ciento de lo que pretende recaudar la RT.

Si a estos 13,65 billones se le suman los 3,1 billones captados por recaudo empresarial, y además revertimos o aplazamos las exenciones por 9,6 billones entregadas a las mega empresas en la RT anterior [5], se recaudarían 26,35 billones de Pesos, 2,95 billones más de lo que pretende recaudar la RT y no sería necesario asfixiar a la sociedad con el incremento del IVA y el Impuesto de Renta de las personas naturales.

La economía colombiana requiere una Reforma Estructural

En aras de dinamizar la economía y salir de la actual recesión económica es perentorio cambiar el enfoque del gasto de sostenimiento, es decir disminuir rubros como la Defensa y la Policía para incrementar la inversión integral en el campo y la industria, de esta forma se fortalece la producción nacional. Además, en conjunto con el resto de países latinoamericanos debe plantearse una renegociación de la deuda externa, que libere recursos para atender los desastres que deja la pandemia.

Por encima de una RT que continúe dando beneficios a las mega empresas, incrementando impuestos a las mayorías y soslayando derechos adquiridos, el país necesita una Reforma estructural de su política económica, donde la tributación tenga un enfoque redistributivo y en función del gasto social.