LA DEUDA EXTERNA DESANGRA EL PIB
Chavela Villamil
La crisis que ha venido experimentando el capitalismo durante las últimas décadas contrajo la economía global, esto ha conllevado a que las economías menos solidas requieran acudir constantemente a empréstitos, que con el tiempo son imposibles de solventar ocasionando un déficit global de Cuenta Corriente.
Durante las últimas décadas la economía mundial ha venido desacelerándose silenciosamente, esto ha conllevado a que los países así sean desarrollados, o no, se vean obligados a aumentar el Déficit en Cuenta Corriente o Deuda Externa (DE).
Los recientes fenómenos macroeconómicos que han disparado la inflación y suscitado la alarma de recesión económica, afectando ostensiblemente la Tasa Representativa del Mercado (TRM) del valor del Dólar y generando incrementos históricos en la DE global que afectan con mayor fuerza economías dependientes como la nuestra; según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) el Déficit de Cuenta Corriente el año anterior se incrementó en 36 billones de Dólares, llegando a un récord histórico de 296 billones de Dólares, esta exorbitante cifra es 3,5 veces superior al Producto Interno Bruto (PIB) de todo el mundo, que el año anterior fue de 84,75 billones de Dólares [1].
Erario con saldo en rojo
El Gobierno entrante recibió un déficit fiscal que asciende a 83 billones de Pesos (8,8 por ciento del Producto Interno Bruto -PIB-), a esto se aúna la inflación más alta en las últimas 2 décadas que llegó en octubre a 12,22 por ciento; además tiene una disminución considerable del Margen de Endeudamiento que actualmente asciende a 68,8 por ciento, cuando el máximo posible es de 72,2 por ciento.
El Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf) vislumbra la crítica situación económica del país, por ende considera muy riesgoso continuar elevando las necesidades de financiamiento de la Nación, el déficit fiscal estimado sobrepasa el 7,3 por ciento del PIB, además las finanzas públicas están al límite, de cada 1.000 Pesos recaudados 400 se destinan al Gasto Corriente (burocracia, Guerra, pago de DE) y de ellos 300 se predestinan exclusivamente al pago de intereses de la DE [2].
Deuda Externa sin techo
Según el Banco de la República, a corte del primer semestre, el monto de la DE ascendía a 176.098 millones de Dólares, lo que equivale al 50,7 por ciento del PIB [3], en otras palabras, por cada 10.000 Pesos que produce el país, se destinan 5.070 Pesos a amortizar DE, lo que la convierte en un pasivo oneroso que asfixia el PIB y una de las principales responsables del aumento constante del Déficit Fiscal.
Es urgente romper la lógica antifinanciera de una DE a la que solo se logra amortizar los intereses pero la deuda de capital sigue intacta; esto nos deja solo tres posibles alternativas: 1) podemos declararnos insolventes y negarnos al pago lo que traería serias repercusiones macroeconómicas, 2) renegociar el pago y de esta manera aliviar la carga sobre el PIB para mejorar el desarrollo productivo y la capacidad de pago, 3) congelar el presupuesto destinado a este pasivo o reducir el monto destinado al pago del mismo.
En aras de favorecer el Gasto Social resulta contradictorio destinar una quinta parte del Presupuesto General de la Nación (PGN) al pago de la DE, en consonancia con el desarrollo social que plantea el Gobierno este monto se debería congelar, o en su defecto su incremento no debería superar el 2,2 por ciento que es la proyección de crecimiento para el próximo año, lo que permitiría liberar 5,9 billones de Pesos que se podrían anexar al Gasto Social.
Nuevos paradigmas para el Gasto Corriente
Necesitamos una política financiera que recorte los gastos suntuarios, el gasto burocrático y el Gasto Corriente, que modifique la tributación en aras de que esta sea redistributiva, es decir, que las empresas y las personas naturales con grandes capitales aporten acorde a sus utilidades netas, de igual forma, estos recursos se deben destinar a incrementar el Gasto Social para subsidiar la población excluida y empobrecida.
Cualquier política económica es inocua si no se rompe la lógica antifinanciera de reducir presupuesto a la inversión social para subsanar medianamente la DE, este pasivo debe ser congelado y renegociado con la Banca Multilateral de lo contrario asfixiará el PIB y nos obligará a la venta de bienes públicos; además se requiere un cambio urgente en el modelo económico, que se centre en fortalecer y desarrollar la producción nacional y aumentar el poder adquisitivo per cápita.
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[1] La deuda global se desboca y roza los 300 billones de dólares. Forbes, 15-10-2022.
[2] Colombia: Comité de la Regla Fiscal ve finanzas críticas, 300 de cada 1.000 Pesos van al pago de intereses. Valora Analitik, 19-11-2022.
[3] La deuda externa colombiana llegó a US$176.098. Valora Analitik, 28-11-2022.