SOLUCIONES PARA EL PUTUMAYO

SOLUCIONES PARA EL PUTUMAYO

Damaris Izaguirre

La violencia estructural que padece Colombia desde hace más de 7 décadas es de origen socioeconómico y se cimienta en la desigualdad y la pobreza, por ende, la paz de los territorios es inconcebible mientras no se mitiguen las ausencias estatales que generan hambre y miseria.

Algunos pensaron que Petro sería como el mago Kandú, que una vez en el poder como por arte de magia desaparecerían la violencia y el hambre -como un mago que saca un conejo del sombrero-, pero olvidan un pequeño detalle, el régimen que se vale de la violencia para sostener el statu quo no desapareció con el cambio de Gobierno, solo se acomodó y como un camaleón se adaptó y ahora cogobierna, ¿es posible el cambio estructural sin deponer el régimen?

Los constantes hechos de violencia estructural a lo largo y ancho del país, gran parte de ellos ocurridos en departamentos distantes, llevaron a que el Ministro Alfonso Prada anuncie el envío de un grupo de 400 soldados al departamento del Putumayo para “garantizar la seguridad en la región”, ¿desde cuándo la militarización es sinónimo de seguridad?

El Gobierno de Duque se caracterizó por darle respuesta militar a los hechos de violencia que acontecían en el país, -apagar fuego rociando gasolina-, y los hechos demuestran que la militarización de los territorios solo incrementan la violencia, pareciera que el nuevo Gobierno no aprendiera las lecciones que les dejó el mal Gobierno de Duque, porque pretenden lograr cambios recurriendo a los métodos que siempre han impuesto desde el Pentágono, métodos que son obsoletos y que están diseñados para sembrar miedo para vender seguridad, pero que jamás traerán paz a los territorios olvidados por el Estado.

Las comunidades no necesitan más militares, que en ultimas se convierten en agentes que actúan en colusión con los narcotraficantes y los paramilitares, por tanto no son otra cosa que un refuerzo a las bandas que imponen la zozobra y barbarie; las comunidades necesitan presencia integral del Estado, inversión social que les permita subsanar la deuda histórica que los condena al hambre y la miseria, obligándolos a sucumbir en la cadena primaria del narcotráfico como una opción de subsistencia. 

Necesitamos superar la vieja Doctrina de Seguridad que solo busca resguardar el viejo modelo económico depredador que pare desigualdad social y desastre medioambiental, y esto solo se puede realizar con la acción política decidida del Estado y en pro de toda la sociedad.

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