“NADIE SE MUERE DE DESIGUALDAD”

“NADIE SE MUERE DE DESIGUALDAD”

Claudia Julieta Parra

El modelo económico ha monopolizado el capital en pocas manos, lo cual durante décadas ha acrecentado la brecha de desigualdad social, situación debida a políticas económicas nefastas que erosionaron las capas medias arrojando a millones de personas a condición de pobreza y miseria.

A nivel global una de cada 9 personas tienen hambre o están desnutridas y 132 millones de personas viven con hambre aguda que se acerca a la inanición; además el Informe Global de Nutrición 2022 reveló que las diversas formas de desnutrición se han convertido en las principales causas de muerte y enfermedad en todo el mundo, al mismo tiempo, el acceso a la atención médica, el tratamiento preventivo y las opciones de alimentos nutritivos están fuera del alcance de las comunidades más vulnerables del mundo.

Durante el debate de la creación del Ministerio de la Igualdad en el Congreso, el derechista Representante a la Cámara Miguel Polo Polo sin inmutarse afirmó que “de desigualdad nadie se ha muerto”, lo que desató indignación en amplios sectores del país, si bien la desigualdad no es una patología que mata a las personas, si desencadena una serie de condiciones sociales adversas que a su vez generan patologías que sí matan a las personas, como por ejemplo la desnutrición en menores de 5 años que durante el año anterior ocasionó la muerte de 165 niños.

La catástrofe socioeconómica del país en gran medida se debe a políticas económicas regresivas que favorecen a los grandes capitales, la dependencia que tiene el país de economías foráneas y el gran volumen de importación de materias primas y productos básicos; la dinamización de la economía requiere desmontar las excesivas exenciones tributarias a las mega empresas, el aumento del poder adquisitivo per cápita y el fortalecimiento del sistema productivo nacional.

La política económica del país debe estar fundada en favorecer a todos los colombianos, prioritariamente subsidiar capas bajas de la sociedad; el sistema actual no genera ni inclusión social ni sostenibilidad ni mucho menos crecimiento y productividad, por tanto se requiere un modelo que fomente el desarrollo integral de la producción nacional, además que tenga como eje central el aumento del empleo formal para incrementar el poder adquisitivo per cápita, y que a su vez disminuya el Gasto Corriente (burocracia, Guerra, pago de Deuda Externa) e incremente de manera integral el Gasto Social.

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