9S: DOS AÑOS DE IMPUNIDAD

9S: DOS AÑOS DE IMPUNIDAD

Damaris Izaguirre

Los asesinatos a sangre fría de ciudadanos indefensos como Dylan Cruz y Javier Ordoñez por la Policía, son muestra irrefutable de la degradación de las Fuerzas Armadas (FFAA), con la impunidad que rodea estas muertes buscan legitimar los Crímenes de Estado como maniobra disuasiva de los levantamientos populares.

El 8 de septiembre de 2020 agentes de la Policía de Bogotá abusando del uso de la fuerza asesinaron al estudiante de Derecho Javier Ordoñez, este vejamen rebosó la copa de la ciudadanía que al día siguiente de manera espontánea salió a protestar contra la brutalidad policial.

Como es costumbre las manifestaciones fueron reprimidas con violencia y fuerza letal, entre el 9 y 10 de septiembre los policías dispararon indiscriminadamente, causando una masacre de Estado que dejó el saldo de 13 jóvenes muertos y más de un centenar de heridos, muchos de ellos transeúntes que no tenían ninguna relación con las manifestaciones.

El año anterior un informe independiente dirigido por el Exdefensor del Pueblo Carlos Negret y apoyado por el Sistema de Naciones Unidas, sobre lo ocurrido en Bogotá los días 9 y 10 de septiembre de 2020, afirmo que, “la Policía Nacional reaccionó de forma desproporcionada, ilegal y apartada del principio de humanidad en la atención de las manifestaciones ciudadanas de Bogotá y Soacha, su actuación causó una masacre que acabó con las vidas de 11 jóvenes”, desde luego el informe hizo responsables al Gobierno de Bogotá y al Estado.

Dos años después de esta Masacre de Estado sólo ha sido condenado el patrullero Juan Camilo Lloreda Cubillo por el asesinato de Ordoñez, pero los Crímenes de Estado del 9S y 10S siguen en completa impunidad; la organización social ‘9S sin olvido’ ha mostrado evidencias sólidas sobre la manipulación de documentos y pruebas, para proteger a los policías responsables y a los determinadores de esta Masacre de Estado.

Esta Masacre de Estado y su perpetuación en la impunidad no es un hecho aislado, son acciones sistemáticas derivadas de la Doctrina Militar que ve a la población manifestante como un “Enemigo Interno”; mientras el Gobierno no transforme la Doctrina de nada servirá depurar la cúpula de las FFAA o cambiar el uniforme del Esmad, así que el ‘Gobierno del Cambio’ está en mora de transformar la Doctrina con un enfoque de preservar la vida, de lo contrario todo se quedaría en demagogia de campaña política.

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