CARTA AL GOBIERNO DESDE LAS CÁRCELES
Los efectos criminógenos del capitalismo neoliberal crea delincuencia que el sistema recluye en las cárceles, además encarcela a los opositores políticos y a quienes participan en la protesta social, acusándolos de subversión y terrorismo, con lo que las Personas Privadas de Libertad pasan de cien mil.
Cárceles de Colombia, agosto de 2022, Año del Cambio
Señor
Gustavo Petro Urrego
Presidente de Colombia
Señora
Francia Helena Márquez Mina
Vicepresidenta de Colombia
Cordial saludo.
Desde el mismo momento de su elección como máximos dirigentes del país muchos colombianos y colombianas celebramos con júbilo el hecho histórico que a veces consideramos imposible; dentro de esos muchos y muchas, estuvimos los presos de Colombia, quienes no somos más que el resultado de situaciones políticas, económicas, sociales, culturales y hasta médicas.
Desde luego, ha sido también placentero y esperanzador, que con su posesión y la de su Gabinete, se vislumbren posibilidades de justicia y de resocialización un tanto diferentes a la venganza y a la cárcel.
Agradecemos el hecho de que antes de instalarse su Gobierno hayan realizado visitas preliminares a algunas cárceles, para ir conociendo la problemática y las posibles soluciones, esto también es histórico.
Según las declaraciones del Ministro de Justicia, su Gobierno no es ajeno a la dura realidad que se vive al interior de las prisiones, que ha llevado a la Corte Constitucional en repetidas ocasiones a declarar el Estado de Cosas Inconstitucional en ellas, sin que esto haya servido para remediar en algo lo ya plenamente conocido por múltiples instancias estatales.
Ahora bien, los problemas de las cárceles están sobrediagnosticados desde hace años, es conocido su régimen represivo, hacinamiento, mala alimentación, mala atención en salud, malas condiciones de habitabilidad, violación sistemática de los Derechos Humanos, que consta en voluminosos archivos de denuncias y sentencias, pero sobre todo sufrido en nuestra vida cotidiana, así las cosas, la discusión no debe seguir versando sobre el problema, sino sobre las posibles soluciones.
En esta medida, nosotros los presos políticos del Ejército de Liberación Nacional llamamos al nuevo Gobierno a que atienda con carácter de urgencia la situación de las y los miles de ciudadanos que estamos privados de la libertad fruto de la exclusión e injusticia imperantes, y solicitamos que otorgue un alivio humanitario decretando una Rebaja de Penas, para todas las personas privadas de la libertad sin exclusión de ley o delito.
Eso sí, somos conscientes que el populismo punitivo está enraizado en gran parte de la sociedad, que lleve a que prime en ella el ánimo retaliador, que pretende ‘saciar ofensa con ofensa y dolor con dolor’, sin tener en cuenta si es mayor el beneficio o el perjuicio desconociendo los postulados de las ciencias humanas, que han dejado claro que la cárcel debe ser el último recurso de control social.
Es necesario que a este significativo grupo de colombianos se nos brinden mecanismos efectivos de participación en las discusiones de la política criminal y penitenciaria, con miras a la prevención del delito y no solamente a su castigo; uno de estos mecanismos han sido los Comités de Derechos Humanos de cada cárcel y los Comités de Convivencia que funcionan al interior de cada pabellón, proponemos que estos dos mecanismo sean los interlocutores en el desarrollo de una Mesa Nacional de Diálogo.
Estamos seguros que la tarea emprendida por ustedes en búsqueda de la Paz Total requiere un compromiso ciudadano nacional, y nosotros, aunque presos, formamos parte de esta nación y de esta sociedad, y así lo venimos sintiendo con más certeza desde el comienzo de su Gobierno.
Señor Presidente, en su discurso de posesión el 7 de agosto, usted recordó las palabras de nuestro Nobel de literatura, hoy, los castigados con hasta 60 años de prisión y los amenazados a esta misma condena, las hacemos nuestras con miras a que las mismas sean una buena referencia de hacia dónde debemos ir:
«Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.
Con aprecio y esperanza,
Presos y Presas Políticas del ELN integrantes del Movimiento Nacional Carcelario.