TAIWÁN NO ES OCCIDENTE
Rubén Vásquez
La crisis de occidente está relacionada a un sistema de valores cimentados sobre la base de una visión de la fe, el Estado y el capital como sistema, este modelo surgido Europa está en evidente agotamiento.
Los tres pilares Jerusalén, Atenas y Roma sobre los que han edificado los valores e ideas de occidente provocan una crisis civilizatoria, que conduce a la reconfiguración del nuevo mundo multipolar por venir; el ascenso de los Brics, la belicosa expansión de la Otan, y el revés de la política global de occidente en la Guerra de Ucrania agregan una ‘complicación de males’ al desorden internacional.
El Derecho Internacional ha sido violentado una y otra vez como práctica constante del imperialismo norteamericano que en su locura por contener su declive acude a imponer sanciones unilaterales, bloqueos económicos y todo tipo de agresiones contra quienes se atreven a contravenir sus designios y defender sus intereses propios.
Los recientes hechos en medio de la contienda global así lo demuestran, provocaciones, ataques y definiciones de objetivos casi fantasmales que se desmoronan a la luz de sus propios Fake News; la reducida lectura sobre la crisis civilizatoria que viven, hace que sea repetitivo el circulo de fracasos políticos, diplomáticos y que en algunos terminan por ‘morder el polvo’ de la derrota en el campo de batalla, dada la inviabilidad de sus viejas tácticas militares que ya no surten el efecto deseado.
Abren múltiples flancos de Guerra
Occidente promueve la cada vez mayor inversión en el gasto militar de sus aliados, la Otan lejos de propiciar conversaciones de paz en Ucrania, ha afirmado que continuará apoyando militarmente al régimen de la oligarquía ucraniana, que incrementa la tensión política que vive ese país, que ya se extiende por toda Eurasia.
La reciente provocación al poderío militar y económico de la República Popular China con la visita a Taiwan de Nancy Pelosi, la vocera del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes de Estados Unidos (EEUU), representa una nueva expresión de la espiral irracional en el que actúa occidente para tratar de mantenerse vivo entre sus aliados, así gane el rechazo político de los pueblos que en contraste apuestan por un nuevo mundo multipolar.
En el conflicto entre China y la provincia separatista de Taiwán hay que recordar el derecho de China sobre el Estrecho de Taiwán reconocido desde 1949, que fue respaldado en el Consejo de Seguridad de la ONU desde hace medio siglo; pero EEUU para rivalizar en la región del Indo-Pacífico y tratar de contener a China, sostiene a Taiwán como refugio para los conservadores aliados de occidente y Japón en su precipitada huida luego de perder la Segunda Guerra Mundial en 1945.
Su objetivo no es ganar las Guerras sino mantenerlas
La política exterior de EEUU ha estado promoviendo por décadas la independencia de Taiwán en contra de la soberanía e intereses de China, insania que ha llegado por estos días a su punto más álgido y amenaza con el escalamiento de un nuevo conflicto, que podría llevar la disputa global hasta el campo del enfrentamiento nuclear.
Pareciera que occidente sigue empeñado en no reconocer el fin de su hegemonía, actúa con furia y desespero pensando en triunfos fantasmagóricos en los conflictos mundiales que atiza, con el propósito de ganar terreno en la puja política interna en los EEUU, la cual ya bordea el límite de la Guerra Civil.
Hoy está más cerca el momento en que la hegemonía mundial deje de ser mantenida por las potencias, usando el maléfico recurso de sojuzgar a la humanidad por medio de un estado de Guerra perpetua.