UN ADIÓS DE CARNAVAL

UN ADIÓS DE CARNAVAL

Damaris Izaguirre

“Todas las veces que se ha interrumpido un Acuerdo de Paz ha sido peor, más muertos, más tragedia, más agresión de lado y lado; hay que ‘darse la pela’ por la paz, y la paz es ‘siéntense a hablar’”: Jaime Garzón.

Colombia es un país mediático que suele recordar más fácilmente a quienes aparecen en televisión sin importar su profundidad política que a quienes dejan el alma en la construcción de un país, por eso recordamos más fácilmente a Karol G que a Indira Gandhi; por eso al momento de recordar al político, filósofo empírico, abogado, defensor de Derechos Humanos y Gestor de Paz, conocido como Jaime Garzón Forero, la gran mayoría trae a su memoria aquel sujeto “chistoso” que se vestía de mujer (Dioselina), o de portero (Néstor Elí) o de embolador (Heriberto de la calle).

Jaime era un convencido de la Solución Política del Conflicto y tenía una visión de la paz muy distante de los políticos que simplifican la paz en el silenciamiento de los fusiles, la reinserción de la insurgencia y la entrega de beneficios paliativos; Jaime pensaba muy distinto, para él la paz era más que un estado de quietud en donde no hay perturbaciones, la paz significaba trabajo arduo y el cambio fundamental de la realidad social que dio origen al conflicto; además era consciente que el luchar por un propósito tan humano como la paz no era una tarea fácil, pues los intereses de las clases dominantes y de sus Fuerzas Armadas que se enriquecen del negocio de la Guerra, iban en contravía de esa ideología.

La manera en la que buscó la paz en Colombia fue innovadora, vistió la verdad de “humor” para expresar y comunicar las realidades que la política intentaba ocultar a los ciudadanos, emprendió la misión de generar opinión y cambiar el concepto que la sociedad asimilaba por paz, un concepto errado que les impedía aprender a superar el conflicto y coexistir con las diferencias de pensamiento.

Días antes del fatídico 13 de agosto de 1999 a las 5:45 de la mañana cuando los sicarios enviados por Carlos Castaño le arrebataran la vida a Jaime tratando de acallar la voz crítica, olvidando que sepultan las personas pero no las ideas porque estas germinan en el clamor popular, Jaime casi a modo de despedida dijo: “quiero morirme de manera singular, quiero un adiós de carnaval (…), quiero alegría, no quiero llanto, tristeza ni dolor”.

One thought on “UN ADIÓS DE CARNAVAL

  1. Jaime Garzón dejo un gran legado en términos de criticidad y lucha por la paz, entendiendo la paz como el cambio de las condiciones sociales que dieron origen y sostienen en conflicto, y no con la visión santista de acabar las guerrillas y que todo siga igual.

    Felicitaciones por el homenaje que le rinden a Jaime Garzón, muy bien escogidas las citas y gráficamente el trabajo es excelente.

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