LA COCA DESPLAZÓ AL ‘CORRIENTAZO’
Claudia Julieta Parra
La inflación viene creciendo ostensiblemente desde enero del año pasado y en julio de este año llegó a 10,24, la inflación más alta desde el año 2000; esto pone en riesgo alimentario a los colombianos y condena a la extinción a productos de la idiosincrasia nacional.
La inflación que ataca al país desde el año pasado y que este año se hizo aún más inclemente, ha elevado el Costo de Vida en 26,8 por ciento, decreciendo aún más el poder adquisitivo per cápita y llevando a los hogares a disminuir la compra de productos básicos en cantidad y periodicidad.
Cerca del 73,8 por ciento de los colombianos ganan menos de dos salarios mínimos, laboran jornada completa y en el mejor de los escenarios tienen 2 horas de almuerzo y no poseen un medio de transporte propio, razón por la cual están obligados a almorzar cerca a su lugar de trabajo, esto hizo popular un almuerzo de valor módico y de ingredientes corrientes -arroz, lentejas, frijol, espagueti, carne mínima, limonada con panela, entre otros-, conocido coloquialmente como Corrientazo.
Los altos precios de los alimentos como la carne, el pollo, los lácteos, las verduras y el aceite se han incrementado hasta en 40 por ciento, esto encareció el precio del popular Corrientazo que 2 años atrás tenía un valor promedio de 6.000 Pesos, y hoy oscila entre 13.000 y 15.000 Pesos, además de incrementar su valor los restaurantes se han visto obligados a reducir su cantidad y a restringir la ñapa del jugo -repetir limonada con panela-.
El Corrientazo es una parte de la dieta nacional y lo consumen millones de personas, ante su obligado incremento y la imposibilidad de adquirirlo con el nuevo valor, los consumidores tuvieron que buscar una opción sustituta; como los trabajadores no pueden dejar de comer ni ir a almorzar a su casa, se han visto obligados a madrugar más y preparar su almuerzo y llevarlo en una coca (vasija plástica) para comérselo frío en el parque más cercano.
Por culpa de la inflación desapareció el pan de 200 Pesos y ahora la coca está llevando a la extinción al Corrientazo, y de paso poniendo en riesgo la economía de miles de familias que vivían de vender el Corrientazo; en otras palabras, si el Gobierno no pone freno a la inflación la hambruna será inevitable.