LA MARCHA DE LOS QUE SOBRAN
Damaris Izaguirre
En 200 años la oligarquía siempre había detentado y transferido el poder entre sí misma, pero este 7 agosto inició una onda disruptiva que por primera vez entrega el Gobierno a una propuesta progresista y en consonancia con los intereses de ‘Los Nadie’.
Morfeo muy sabiamente en una ocasión le dijo a Neo: -‘hay una gran diferencia entre conocer el camino y recorrer el camino’-, esto aplica para este nuevo contexto sociopolítico pues aunque en las urnas ganó la opción de que ‘Los Nadie’ tuvieran la posibilidad de ser Gobierno, los de siempre aún continúan teniendo el poder entre sus manos ya que controlan el emporio económico y armamentístico, además de mover los hilos de la “justicia” para seguir favoreciendo al régimen y persiguiendo a la clase popular.
El nuevo Gobierno enfrenta numerosos retos como recibir las arcas del erario casi vacías, una Deuda Social histórica, una Doctrina de Seguridad –“Enemigo Interno”- que es la responsable del Genocidio en curso contra el liderazgo social, el resurgimiento del paramilitarismo, entre otros.
Quizás el mayor reto está en no dejarse absorber por el sistema clientelar y de favorecimiento a las élites que impera en nuestro país, aunque aparentemente todo está en calma y el Gobierno ha logrado adquirir las mayorías en el legislativo, los aliados sumados a la coalición de Gobierno pueden ser agentes dobles que apoyarán minucias, pero en los momentos que vean afectados el Modelo y por ende sus intereses particulares, buscarán la forma de descarrilar el ‘tren del cambio’ aupados por los contradictores directos, en otras palabras, el nuevo Gobierno se enfrenta a una anaconda que lo rodea para abrazarlo hasta conseguir su asfixia.
Por “ganar” las elecciones no podemos entrar en triunfalismos y creer que tenemos servida una ‘escalera al cielo’, si algo ha demostrado el imperialismo y la élite oligárquica es que no regalan nada y que no están dispuestos a entregar el poder; por esto no podemos bajar la guardia y debemos asumir que el 7 de agosto es el fin de un triunfo electoral y el inicio de la marcha de ‘los que sobran’.
Debemos rodear al nuevo Gobierno y brindarle todo nuestro apoyo popular para que resista los embates de la oligarquía, y a su vez debemos estar vigilantes para que la élite y los politiqueros no carcoman al Gobierno y este no termine siendo un sueño de una noche de verano.