200 AÑOS DEL PULSO CON LOS GRINGOS
Hernando Martínez
Los Estados Unidos (EEUU) reconocieron a la República de Colombia el 19 de junio de 1822, Richard Anderson su primer Embajador llegó a Bogotá en diciembre de 1823, desde entonces EEUU utiliza la conspiración y la fuerza para imponer sus intereses.
En diciembre de 1823 el Congreso de los EEUU aprobó la Doctrina Monroe, “América para los americanos”, supuestamente para oponerse a que las potencias europeas continuaran manteniendo colonias en América, Doctrina que en su aplicación ha servido para que los EEUU domine la región impidiendo que se consolide la unidad latinoamericana y caribeña.
En este año la Gran Colombia (Colombia, Ecuador y Venezuela) bajo el liderazgo del Libertador Simón Bolívar inició los contactos diplomáticos con los Gobiernos de Perú, Río de la Plata, Chile, Centroamérica y México para constituir una Confederación de Estados, para exigir la paz al imperio español y establecer relaciones diplomáticas y comerciales con las potencias europeas.
La Confederación buscaba complementar las potencialidades nacionales y sobretodo actuar unidos con capacidades militares y establecer una fuerza naval unificada, que garantizara la independencia y soberanía incluida la de Cuba y Puerto Rico; el imperio español se negaba a reconocer la independencia de la Gran Colombia, pues aún mantenía ocupado a Perú y parte de Venezuela.
En 1824 se firmó la Convención General de Paz, Amistad, Navegación y Comercio entre la República de Colombia y los EEUU de América, Tratado que incluía la cláusula de ‘mantener a los EEUU como nación más favorecida’, que le quitó a Colombia el necesario margen de maniobra para disponer de relaciones comerciales libres con las potencias europeas y con todos los Estados latinoamericanos; desde entonces los tratados comerciales han sido totalmente desventajosos para Colombia, tal como lo es el actual Tratado de Libre Comercio (TLC).
Nacen como dos proyectos opuestos
A partir de 1818 las potencias europeas Rusia, Austria, Prusia, Inglaterra y Francia se unieron alrededor del propósito de mantener el Absolutismo Monárquico en la denominada Santa Alianza; por su parte la Doctrina Monroe en teoría declaraba “defender la democracia liberal e impedir el colonialismo de la Santa Alianza”, pero en la práctica nunca apoyó las luchas independentistas en América Latina y el Caribe.
Los EEUU profesando una supuesta neutralidad aprovecharon para realizar negocios de logística de Guerra con el imperio español, al tiempo que resguardaron a las embarcaciones comerciales que violaban el bloqueo naval decretado por Colombia entre 1816 y 1825 contra el imperio español.
Desde 1823 la política estadounidense hacia América Latina y el Caribe ha estado centrada en dominar y anexar territorios mediante intervenciones militares y presión económica y política, que ha resultado en cambiar un colonialismo por otro y un imperialismo viejo por uno nuevo.
El independentismo real
El Proyecto Bolivariano se inició convocando el Congreso Anfictiónico, como fundación conjunta de la soberanía, inicialmente reunido en Panamá el 22 de junio de 1826, con el propósito de fundar una Confederación con los países recientemente independizados del imperio español.
En agosto de 1826 la sede del Congreso fue trasladada a Tacubaya, México, allí los delegados de México, la Gran Colombia y Centroamérica, y el observador estadounidense John Sergeant lograron un borrador de Acuerdo, Proyecto que en su momento no logró tomar cuerpo, pero que su espíritu ha continuado hasta el presente iluminando esfuerzos de unidad como la Alianza Bolivariana para las Américas (Alba) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
La gran estrategia de los continuadores de la obra de los libertadores de la Primera Independencia liderados por Simón Bolívar, ha sido mantener la soberanía y la unidad latinoamericana y caribeña.
‘Zanahoria y garrote’
La colusión de EEUU con la Santa Alianza le permitió comprar a Louisiana y Florida a Francia y España respectivamente y a Oregon su primer acceso al Pacífico, comprado posteriormente a Inglaterra; en 1848 mediante el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, después de derrotar militarmente a México y de otorgarle una compensación financiera, EEUU forzó la anexión de 3 millones de kilómetros cuadrados mexicanos que conformaron posteriormente los actuales Estados de Texas, California, Nevada y Arizona, más algunas áreas de Nuevo México, Utah, Colorado y Wyoming.
En 1904 Theodore Roosevelt el que cercenó a Panamá de Colombia en 1903 complementó la Doctrina Monroe con la del Destino Manifiesto, que mantienen hasta la actualidad, según la cual los EEUU está destinado por Dios a preservar la democracia en el mundo, aplicando el derecho a intervenir en cualquier Estado que ellos determinen que se ha salido de los principios democráticos.
Después de separar a Panamá de Colombia continuaron con sucesivas ocupaciones militares de la República Dominicana entre 1916 y 1924, Cuba entre 1906 y 1909, y la de Haití desde 1915 hasta 1934.
La Zanahoria es permitir el flujo del dólar y comprar conciencias de los gobernantes, mientras el Garrote ha sido la intervención militar descarada, con la que derrocaron Gobiernos democráticos e impusieron dictaduras durante el Siglo XX y en lo que va del XXI.
Más subordinación no es posible
En 1947 Harry Truman proclamó la Doctrina de Seguridad Nacional o del Enemigo Interno, bajo la cual EEUU desató la Guerra Fría, que en Colombia inició con el magnicidio en 1948 del líder liberal socialista Jorge Eliécer Gaitán, Guerra que ejecutan hasta nuestros días perpetrando el Genocidio Continuado de líderes sociales y opositores al régimen oligárquico subordinado a Washington.
A la oligarquía colombiana se le ‘llena la boca’ diciendo que son “los mejores aliados de los EEUU”, en realidad el Estado colombiano hace las veces de lacayo de los EEUU, en la relación política y militar de Colombia está establecida su subordinación a los intereses de los EEUU y la Otan su aliada para las Guerras Eternas.
En los últimos 20 años el régimen oligárquico firmó un TLC con EEUU que resultó en detrimento de nuestra balanza comercial, de la industria y de la agricultura, a la vez que mantiene una economía extractivista que afecta nuestros ecosistemas, que persigue a quienes se le oponen como las comunidades indígenas, negras y campesinas, por medio de operaciones militares como Artemisa, conducidas por las Brigadas de Asistencia de Fuerza de Seguridad (Sfab) enviadas por EEUU, que constituyen lánguidos coletazos del Plan Colombia, plan de Guerra antisubversiva causante de millones de víctimas.
La soberanía y la paz de Colombia pasa por replantear desde la sociedad y el Estado la relación política y militar con los EEUU y por retomar los caminos de la unidad latinoamericana y caribeña.