RENEGOCIAR LA DEUDA EXTERNA Y LOS TLC

RENEGOCIAR LA DEUDA EXTERNA Y LOS TLC

Comando Central (COCE)

Hasta ahora la costumbre de los candidatos es que ‘una cosa es lo que prometen en campaña y otra cosa lo que hacen siendo electos’, pero la actual presión de la sociedad para que haya cambios actúa a favor de extinguir este resabio.

Las elecciones presidenciales se han caracterizado por la polarización, no es fortuito que los candidatos que van encabezando las encuestas representen intereses completamente diferentes; sin embargo, el grupo de electores que denominan indecisos (sin bandera política definida) son cerca de 8 millones y en últimas en sus manos está inclinar la balanza electoral, por esta razón cada vez más los candidatos tratan de matizar posturas, y en estos claroscuros sus posturas tienden a volverse ambiguas y contradictorias.   

Dentro de los cientos de problemas que deja Duque para que resuelva su sucesor la economía es uno de los más neurálgicos por ser un eje transversal, -sin plata los proyectos no pasan de ser sueños-; así que sin importar su tinte político o ideológico el próximo Presidente debe resolver el Déficit de Gasto Social, de lo contrario se enfrentará a estallidos sociales más fuertes que el ocurrido el año anterior.

Las deudas adquiridas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en especial la Deuda Externa (DE) que asciende a 172.790 millones de Dólares (48,8 por ciento del PIB), asfixian el Producto Interno Bruto (PIB) y supeditan las políticas de Estado a cumplir con los intereses del FMI, que por supuesto son contrarios a las necesidades de la sociedad colombiana, en especial de las capas medias y bajas que requieren con urgencia un Gobierno que le dé prioridad al Gasto Social y disminuya el gasto en burocracia, Guerra y pago de la DE.

Si el próximo Presidente realmente busca un cambio favorable a la sociedad colombiana esto implica la renegociación de la DE y de los TLC, principales responsables de la desincentivación de la producción e industrialización nacional, necesarias para convertirnos en una economía sólida, lo cual sería contrario a los intereses del FMI, propósito que implicará un pulso muy fuerte y demandará en especial de la fuerza y la movilización popular. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *