EL DERECHO AL RETORNO DEL PUEBLO PALESTINO
Hernando Martínez
El 11 de mayo la periodista Shireen Abu Akleh mientras cubría la ocupación por colonos israelíes de una vivienda palestina en el barrio Jabriyat en Jenin, fue asesinada por un francotirador israelí, crimen que revivió el gran sueño palestino del retorno de los refugiados a su hogar.
La inmolación de Shireen Abu Akleh iluminó la Nakba (Día del Desastre), que los palestinos recuerdan cada 15 de mayo, un día después de la proclamación del Estado de Israel en 1948, cuando los sionistas expulsaron a más de 800.000 palestinos de sus hogares, asesinaron a 13.000 y destruyeron más de 500 de sus aldeas y localidades.
El Desastre de los palestinos de hace 74 años estuvo antecedido por la Resolución 181 (II) de la ONU que creó dos Estados en territorio de Palestina, uno judío y otro árabe, dejando sin establecer suficientes mecanismos y procedimientos para mediar y resolver las diferencias entre los dos pueblos.
Sionistas al ataque
El conflicto se generó con el plan sionista formulado a finales del siglo XIX por Theodor Herzl con el objetivo de crear un Estado judío en Palestina, totalmente contrapuesto a los intereses territoriales y culturales de los palestinos, que contó con respaldo del imperio británico mediante la Declaración Balfour del 2 de noviembre de 1917, urdida por el banquero sionista Lionel Walter Rothschild, a través del Ministro Arthur Balfour.
En 1967 con la Guerra de los 6 días, Israel ocupó a Cisjordania y Gaza previa expulsión de alrededor de 500 mil palestinos hacia los campos de refugiados en Líbano y Siria; el retorno de los refugiados está respaldado por la Resolución 194 de la Asamblea General de la ONU de diciembre de 1948, además la Resolución 237 de 1967 del Consejo de Seguridad de la ONU exige a Israel facilitar el retorno de los refugiados, incluidos los de 1967.
El retorno como derecho establecido por la ONU choca con el proyecto sionista que busca mantener el dominio demográfico judío no solo en el territorio reconocido por la ONU a Israel, sino también en la parte ocupada de Palestina en la que mantienen la política de colonización.
Intifadas y resistencia
Hasta 1987 los palestinos delegaban sus intereses en los países árabes que los apoyaban, pero el objetivo de poder establecer un Gobierno palestino los llevó a tomar la decisión de luchar por la liberación en los territorios ocupados, así desarrollaron la Primera Intifada entre 1987 y 1993, una rebelión de las piedras lanzadas contra tanques sionistas.
A partir de entonces es permanente la protesta masiva, las acciones económicas, diplomáticas, culturales y de seguridad para consolidar su permanencia en el territorio, mantener la esperanza del retorno y lograr el Estado Palestino en el territorio definido en 1947.
La lucha palestina impulsa el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), de “todas las empresas e instituciones israelíes involucradas en las violaciones por parte de Israel del derecho internacional”, que se centra en empresas que operan en las ilegales colonias israelíes en Cisjordania.
Proceso de Paz fallido
El 20 de agosto de 1993 firmaron los Acuerdos de Oslo Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), bajo tutoría de los Estados Unidos, que reconocen la administración gubernamental de Cisjordania y la Franja de Gaza a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), en conjunto con Israel, aplazando el reconocimiento del Estado de Palestina.
En el 2000 la fracasada Cumbre de Camp David entre Jasser Arafat y el primer ministro judío Ehud Barak, desató la ofensiva de Israel para establecer nuevos asentamientos en Cisjordania y Jerusalén, empleando operaciones militares que causan enorme daño a la población desarmada por la ocupación de hogares, demolición de casas, encarcelamientos y asesinatos.
Como resultado de la resistencia del pueblo palestino la ONU el 29 de noviembre de 2012,otorgó el reconocimiento a Palestina como Estado Observador No Miembro, mientras no se obligue a Israel a poner fin a la ocupación no será viable el Estado de Palestina.
Los palestinos en Gaza, la prisión a cielo abierto más grande del mundo, encerrada por un muro que la aísla por tierra y mar, junto a los palestinos bajo ocupación israelí en Cisjordania perseveran en su resistencia para ser libres, acompañadas por la solidaridad del resto de pueblos del mundo.