LO QUE GANA SARMIENTO ANGULO CON LA COMPRA DE ISA

Chavela Villamil

Con la llegada de la apertura económica a Colombia arribó la política neoliberal de la enajenación soterrada de activos públicos, van vendiendo fracciones accionarias con la falacia de inyección de capital, cuando en realidad es una privatización disfrazada de los bienes públicos.

Unos de los pilares del neoliberalismo es la desvinculación del Estado de la actividad económica directa, lo que se traduce en enajenación de bienes y permeación del capital privado a las empresas estatales; sí bien esto trae un flujo de capital a la economía, el país pierde dominio sobre empresas y actividades de carácter estratégico y esencial.

Génesis de la enajenación de Isagen

La empresa estatal Interconexión Eléctrica S. A. (ISA) inició su enajenación el 4 de abril de 1995 cuando fue dividida y dio origen a la sociedad Ecogen que posteriormente pasaría a llamarse Isagen; su privatización definitiva se dio en el 2016 cuando el Estado vendió el 57,6 por ciento de su participación al fondo canadiense Brookfield por un monto de 6,49 billones de Pesos (2.000 millones de Dólares); entregando así el 17 por ciento de la electricidad del país al sector privado extranjero [1].

Recientemente Ecopetrol -empresa con 88 por ciento de propiedad estatal- compró el 51,4 por ciento de las acciones que tenía el Estado en Isagen, por un monto de 14,2 billones de Pesos (3.600 millones de Dólares) [2]; en términos macroeconómicos podría no ser acertado centralizar todo en un sector muy fluctuante como el petrolero, además a nivel global la utilización de combustibles fósiles está en extinción, lo que convierte la transacción en una inversión de riesgo.

Si bien es cierto que Isagen es adquirido por una empresa accionaria mayoritariamente estatal, no podemos pasar por alto que 8 conglomerados económicos de los cuales 5 son extranjeros con sede en Paraísos Fiscales son propietarios de Ecopetrol, por tanto, les corresponde un porcentaje de Isagen, solo por citar un caso, está Porvenir S.A. propiedad de Luis Carlos Sarmiento Angulo, quien se adjudicaría el 2 por ciento de las acciones de Isagen; en otras palabras seguimos entregando empresas estratégicas a los mega empresarios.

Isagen la jugada maestra

No es desconocido que desde los inicios del Gobierno de Duque han tratado de enajenar soterradamente activos, dentro de los cuales Ecopetrol e Isagen han sido la primera opción; es más que evidente que la venta de Isagen tiene como propósito cubrir el déficit fiscal, en momentos en los que el nivel de la Deuda Pública es insostenible.

Endeudar a Ecopetrol con un pasivo astronómico y tasado en dólares es un error económico garrafal, en este momento hay aspectos macroeconómicos que hacen adversa la balanza de pagos: la constante devaluación de nuestra moneda, la pérdida de Grado de Inversión y el inevitable aumento de la Tasa de Interés del Departamento del Tesoro de EEUU, genera un pasivo con sobrecostos, es decir, vamos a pagar el doble de lo presupuestado llevando el techo de la Deuda Externa estimado para 2021 por encima del 70 por ciento del PIB.

El trasfondo de endeudar a Ecopetrol es justificar en el futuro inmediato una nueva venta de acciones; el Senador Jorge Enrique Robledo afirma que, “el Gobierno está utilizando a ISA para enmascarar el aumento de la privatización de Ecopetrol, de esta forma el sector privado aumentará su poder en Ecopetrol” [3].

Necesitamos una política económica incluyente

El Gobierno prioriza la rentabilidad de los grandes empresarios nacionales y extranjeros, además ha convertido la enajenación de los bienes públicos estratégicos en política de Estado, y favorece una política económica deficitaria en vez de modificarla.

El desarrollo y la productividad no se consiguen mediante la enajenación de bienes públicos sino a través de la inversión integral y el fortalecimiento de la producción nacional, para lo cual es perentorio desarrollar una política económica y financiera, donde el crecimiento de la economía se base en el aumento del poder adquisitivo per cápita, la inclusión, la cobertura, la equidad y la sostenibilidad social.