HUMEDALES BOGOTANOS ATACADOS POR URBANIZADORES

Omaira Sáchica

La Alcaldesa de Bogotá en su campaña prometió proteger los humedales, ahora descarga la furia policial contra los ciudadanos que protegen el humedal de Tibabuyes (Juan Amarillo), así sirve a grandes constructores mientras pisotea las consignas ambientalistas de su Partido Verde.

En 2018 durante la segunda Alcaldía de Peñalosa (2016-2019), el Acueducto de Bogotá comenzó a construir un Paso Elevado con el fin de reducir en 40 minutos el desplazamiento entre el barrio Lisboa de Suba y la Ciudadela Colsubsidio de Engativá, que conectaría la carrera 153 con la 119, lo que implica afectar la cuencas baja y media del humedal Tibabuyes[1].

Este Paso elevado sería el ecocidio más grande realizado por una administración distrital en contra de los humedales; por esto desde el 20 de noviembre de 2020 la comunidad instaló un campamento en el humedal para evitar su destrucción, y hace un mes un grupo de manifestantes del Paro Nacional se sumaron a esta labor de cuidado.

El 9 de agosto un escuadrón de la Policía militarizada del Esmad por orden de la Alcaldesa, desalojó violentamente este campamento; según organizaciones de Derechos Humanos (DDHH) el Esmad hizo uso desmedido de la fuerza y cometió graves violaciones a los DDHH.

El cuidado de los humedales

Los humedales son extensiones de marismas, pantanos y turberas o superficies cubiertas de aguas en las cuales se refugian miles de especies animales y vegetales, ayudando a regular las condiciones climáticas y el ciclo hidrológico [2], que los convierte en ecosistemas esenciales para mitigar los efectos del Cambio Climático, los principales beneficios ambientales de los humedales son:

1. Limpieza del agua. Actúan como depuradores de aguas residuales filtrando desechos nocivos para las personas y el medioambiente.

2. Control de inundaciones y sequías. Actúan como esponjas naturales que absorben las precipitaciones y disminuyen el riego de vertimiento de quebradas, arroyos y ríos; además irrigan canales freáticos superficiales y subterráneos.

3. Sumideros de CO2. Captan emisiones de CO2 y transforman este Gas de Efecto Invernadero en oxígeno, de esta manera contribuyen a la oxigenación del ambiente y la mitigación del Calentamiento Global.

4. Mantienen la biodiversidad. Los humedales son esenciales para muchos anfibios, reptiles, la reproducción y migración de las aves e insectos, y la polinización.

Somos ricos en humedales

En Colombia existen 31.702 humedales que cubren 20,2 millones de Hectáreas (Ha); en Bogotá existen 15 humedales reconocidos, 11 de ellos con categoría Ramsar [3], 19 no reconocidos y más de 30 cuerpos de agua, que representan un área de 960 Ha que están siendo amenazadas por las edificaciones ilegales, la construcción de avenidas, el vertimiento de aguas contaminadas y un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) enfocado a favorecer las grandes constructoras en detrimento del medioambiente.

Los humedales más agredidos son los de Capellanía, Tibanica, Techo, El Burro y La Vaca; asesores del Instituto de Investigaciones de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt (IAvH) afirman que, “los humedales de Bogotá cumplen con una importante función ecosistémica y le trae múltiples beneficios a los habitantes; por tanto, su conservación debe ir más allá de los Acuerdos vinculantes a nivel internacional y la legislación nacional, es necesaria una gestión integral que esté en capacidad de ofrecer conjuntamente acciones para su conocimiento, protección, restauración y uso sostenible” [4].

Es claro que para el Estado colombiano sirve a la minoría de súper ricos y para su beneficio traza los POT, esto hace inaplazable un cambio es las políticas económicas donde sea prevalente la protección ambiental; desde luego, esto solo será posible si como sociedad nos unimos y luchamos por los cambios sociales y políticos que necesita el país.