LAS ‘LÍNEAS ROJAS’ DEL FISCO Y LA TRIBUTACIÓN

Chavela Villamil

La crisis capitalista exacerbada por la pandemia del Covid-19 ha hecho aún más evidente la desigualdad a nivel global; deja a plena luz como el sistema a pesar de la crisis blinda las mega fortunas, mientras pauperiza a la clase media.

Siglos de explotación capitalista han llevado a la sociedad a una crisis de civilización en donde se impone cada vez más el acaparamiento de recursos y riquezas, lo que ha incrementado abismalmente la brecha global de desigualdad, con una mayor repercusión en América Latina y el Caribe, donde el 65 por ciento de la riqueza la acaparan el 1 por ciento de la población [1].

Según la ONU este año a nivel global se perderán 75 millones de empleos y en el 2022 el número de desocupados será de 205 millones, hasta mediados del 2023 no se verá un repunte del empleo, América Latina, Europa y Asia Central son las regiones más afectadas [2].

De acuerdo al más reciente informe del Banco Mundial (BM) durante el año anterior en América Latina 4,7 millones de salieron de la clase media para pasar a la categoría de vulnerabilidad o de pobreza, mientras que en Colombia la clase media descendió 29 por ciento; además, este año la pobreza extrema mundial llegará al 27,6 por ciento [3].

Mientras crece la pobreza, unos pocos aumentan su riqueza

El más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) revela que este año la clase media ha sufrido una fuerte contracción, de 14,7 millones pasó a 12,5 millones lo que implica que 2,2 millones de colombianos salieron de esta categoría por un deterioro en sus ingresos; de igual forma revela que en abril 2 millones de hogares pasaron a comer dos veces al día, mientras que en mayo lo hicieron 2,6 millones de hogares [4].

Las desoladoras cifras de empobrecimiento y exclusión contrastan con el incremento de las fortunas de los súper millonarios, en lo corrido de este año a nivel mundial el número de personas con una fortuna igual o superior a 1.000 millones de dólares aumentó 22 por ciento, mientras en América Latina y el Caribe el número de milmillonarios se incrementó en 40 por ciento [5].

Política económica para agravar el déficit social

La retórica del Marco Fiscal de Mediano Plazo (Mfmp) presentado el pasado 15 de junio dice de una supuesta disminución de la brecha de desigualdad; sin embargo, cualquier objetivo que involucre inversión social o en infraestructura es inviable si el régimen continúa con la Línea Roja de mantener la Deuda Externa sobre el 60 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mantener un pasivo tan alto implica desfinanciar el gasto social y aumentar el déficit fiscal que está alrededor del 8,9 por ciento del PIB.

En la presente crisis donde la dinamización económica no alcanza a cubrir el decremento del 6,8 del PIB del año anterior, con un fenómeno inflacional global que impacta directamente el costo de vida, un desempleo creciente y el aniquilamiento de la capa social media, las Reformas Tributarias y Fiscal son urgentes, pero no vistas como una herramienta que sólo cubra el gasto estatal, sino como un instrumento socioeconómico que frene la migración poblacional al inframundo de pobreza y pobreza extrema.

La política económica del país debe estar fundada en favorecer a todos los colombianos, en especial en subsidiar capas bajas de la sociedad y el desarrollo sostenible debe tener como eje central el aumento del poder adquisitivo y no los beneficios fiscales y tributarios a los grandes empresarios; como sociedad debemos implantar una política económica que subsidie a los necesitados a través de la redistribución de la riqueza.