CONDENADOS A UN AUMENTO SALARIAL DE 585 PESOS DIARIOS

Chavela Villamil

Durante décadas el aumento anual del Salario Mínimo (SM) es insignificante para cubrir los gastos básicos; paradójicamente, el bajo salario de millones de colombianos contrasta con el altísimo sueldo de los funcionarios públicos.

Una vez más mediante Decreto presidencial fijaron el aumento del SM en un ínfimo 3,5 por ciento, 30.723 pesos, quedando así el salario básico de 2021 en 908.526 pesos; si se tiene en cuenta que el Índice de inflación es de 1,5 por ciento, el aumento real del salario es solo del 2 por ciento, 17.556 pesos, un aumento de 585 pesos diarios.

Falazmente el Gobierno ha vendido en los medios la idea de que el SM para el 2021 es de 1.014.980 pesos, cifra que resulta de sumar el SM de 908.526 pesos más el Auxilio de Transporte (AT) de 106.454 pesos, cabe recordar que de acuerdo al Artículo 128 del Código Sustantivo del Trabajo el AT no constituye parte del salario [1], además solo una parte de los trabajadores formales reciben este auxilio.    

Un salario que favorece a los grandes empresarios

En el último decenio el aumento del SM ha oscilado en una media de 37.293 pesos, el 5 por ciento; en esta ocasión la estratagema para justificar el mísero aumento fueron la caída en el Producto Interno Bruto (PIB) de 8,9 por ciento, y la productividad negativa -0,6 por ciento [2]; en términos concretos el bajo aumento del salario no es producto del Covid-19, es una cifra ajustada a la tendencia incremental de los últimos 10 años.

El Estado en contubernio con los gremios convenientemente nos han vendido la idea de que el aumento salarial es inflacionario, es decir, que un aumento poco proporcional al Índice de Inflación incrementa considerablemente el costo de vida.

Mantener un bajo índice salarial no es más que un método que garantiza bajar costos de producción e incrementar la rentabilidad del producto terminado, un salario bajo disminuye los costos de producción pero no el valor comercial del producto, beneficiando exclusivamente a los empresarios.

El aumento salarial esconde el soborno a los Congresistas

El Gobierno aprobó el aumento salarial de los Congresistas de 5,12 por ciento, que equivale a 1′676.000 pesos, además autorizó que en enero reciban una bonificación retroactiva de 20 millones de pesos para cada Senador [3], así el Gobierno garantiza que le aprueben sus leyes antipopulares.

El Senador Iván Cepeda afirmó que, “en medio de la crisis que está padeciendo el país, este aumento salarial a los Congresistas es realmente inmoral”. La Senadora Angélica Lozano considera que “el Decreto que aumenta el salario de los Congresistas, prueba una vez más que el monto es desproporcionado y ajeno a la realidad del trabajador colombiano” [4].

En los últimos 30 años el SM ha crecido 17,5 veces, pasó de 51.716 pesos en 1991 a 908.526 pesos en 2021, mientras que el salario de los Congresistas pasó de 714.665 pesos a 34.417.000 pesos en 2021, en el mismo lapso de tiempo el salario de los congresistas aumentó 48 veces.

Un sistema a favor de la Banca

La dinamización del mercado se alcanza incrementando la demanda, para lo cual es indispensable el aumento del flujo de capital líquido, en otras palabras, la reactivación económica depende de que se aumente la compra de productos y servicios, y esto sólo es posible si las personas tienen dinero para hacer gastos más allá de las necesidades básicas.

En suma, el nuevo aumento salarial no alcanza a cubrir ni siquiera las necesidades básicas, por tanto, el directamente beneficiado es el sector financiero ya que la gente estará obligada a cubrir sus necesidades a través de créditos de consumo.

El Estado colombiano está en mora de desarrollar una política económica y financiera, donde el crecimiento de la economía se base en el aumento del poder adquisitivo, pero esto no será posible mientras el Gobierno tenga como prioridad beneficiar a los grandes empresarios y banqueros.