LOS EMPRÉSTITOS DE LOS FONDOS MULTILATERALES INCREMENTAN EL DÉFICIT

Chavela Villamil
El declive de la producción interna y el déficit fiscal obligan a depender de los empréstitos de los fondos multilaterales, para solventar parte del pasivo, a costa de aumentar la dependencia del capital extranjero y empujarnos hacia la insolvencia financiera.
El sistema monetario y la Banca capitalista buscan la acumulación de grandes volúmenes de capital en un minoritario grupo oligopólico, por lo tanto, todos los empréstitos y “auxilios” que otorgan, deben ser redituables y solventados por el Producto Interno Bruto (PIB) de los deudores. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) principales acreedores de los países latinoamericanos y caribeños, producto de sus préstamos durante décadas han ejercido una enorme influencia en la configuración del sistema económico mundial y en la definición de las políticas económicas de los países de renta baja y media-baja.
El FMI exige a los países prestatarios que antepongan la devolución de sus deudas a sus acreedores, sobre todo el resto de la inversión pública y condicionan el acceso a nuevos préstamos, a la puesta en marcha de políticas encaminadas a la enajenación de activos estatales o iniciativas que garanticen el sostenimiento del libre comercio y que incremente paulatinamente el presupuesto destinado a pago de intereses de la cuenta corriente.
Según el más reciente informe del Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre (Oxfam, por sus siglas en inglés), las recomendaciones del FMI impartidas al grupo de países de renta baja, están encaminadas a la desatención del gasto social, por ejemplo, recomiendan que, “por cada dólar que el organismo sugiere invertir en bienes públicos, está planteando recortar cuatro con medidas de austeridad enfocadas en recortes de inversión y políticas subsidiarias” [1]. Más del 70 por ciento de las prácticas fiscales abusivas de las multinacionales, se canalizan a través de jurisdicciones que son miembros de la OCDE, privando a los países del sur global de enormes cantidades de ingresos fiscales.
La Cuenta Corriente no encuentra techo
Las políticas económicas implementadas durante esta gobernatura han aumentado ostensiblemente el Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de intereses de Deuda Externa), lo que conlleva a continuar incrementado constante y progresivamente nuestro déficit de Cuenta Corriente (Deuda Externa -DE-), según datos del Banco de la República este pasivo actualmente oscila en 197.628 millones de dólares, lo que equivale al 47,92 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Durante las últimas décadas nuestro país a basado la política económica y financiera en el incremento desenfrenado del Gasto Corriente y no solventado en el PIB, es decir, de manera irresponsable ante una desaceleración de la economía, no decrecen el patrón del gasto, sino que por el contrario se incrementa el Gasto Corriente, este desbalance conlleva a que constantemente se glose [2] la Cuenta Corriente -un círculo vicioso de gasto y empréstito-; junto a una política de gasto regresiva, donde los egresos superan los ingresos, resultando en un desangre el erario, agravado por el actual periodo de desaceleración económica. Además, tratando de dar cumplimiento a los inconvenientes acuerdos establecidos con los estamentos multilaterales, nuestra política económica sigue priorizando el pago de los intereses de la DE, por esta razón el Presupuesto General de la Nación (PGN) para 2025, -instaurado por decreto-, destinó 112,6 billones de pesos para el pago de estos intereses, que equivalen al 21,53 por ciento del PGN y representa un incremento de 19,15 por ciento respecto al 2024.
Cambios urgentes en la política económica
El principal problema de nuestro país es que tenemos una política económica que centra sus esfuerzos es sostener el pago continuado de la DE, que además de ser onerosa es constantemente sobregirada, convirtiéndola en un pasivo incremental al que mes a mes aumenta su valor y los pagos realizados solo sirven para amortizar los intereses, pero la deuda de capital continúa intacta; lo que convierte a este pasivo en un círculo vicioso que asfixia el PIB e imposibilita pagar la Deuda Social.
Dar solución a la crisis económica del país implica congelar los montos destinados a la DE y en el mediano plazo renegociar este pasivo; además, la política estatal debe desarrollar un plan estricto de austeridad fiscal, que debe contemplar la disminución de la carga burocrática y decrecer el Gasto Corriente. La reactivación y la solidez solo es posible incrementando el flujo de capital líquido y mejorando el poder adquisitivo per cápita, lo que tiene implícito dar solución al desempleo, a la vez que se desarrolla un plan de formalización del empleo; además es necesario incrementar la tributación de las grandes empresas y de los grandes capitales, generando una política redistributiva que invierta este dinero en planes integrales de desarrollo.
____
[1] El saqueo continúa. Oxfam, 21-01-2025.
[2] Glosar: sobregirar varias veces una misma deuda.