‘EL COSTO DE LA VIDA’

‘EL COSTO DE LA VIDA’

Damaris Izaguirre

En diciembre siempre hay expectativa por el vitoreado anuncio del aumento del salario mínimo, pero en enero ese aumento se vuelve tan mínimo, que ya no alcanza para cubrir las alzas que nos imponen al iniciar cada año.

No se puede negar que los aumentos del salario mínimo que ha ejecutado el Gobierno del Cambio son importantes, pues están en consecuencia con el momento de déficit económico que afronta el país; sin embargo, solventar esta situación requiere esfuerzos más allá de simples aumentos al salario mínimo o el sostenimiento de una política asistencialista, que no resuelve los problemas estructurales que han afrontado Los Nadie durante décadas; zanjar la crisis implica un cambio de modelo económico y ello tiene implícito ir en contra del régimen, ¿está este gobierno dispuesto a deponer este modelo económico?

La reducción del hambre es quizás la más efímera de las promesas de Petro, pero no es solo el hambre y la desigualdad, es un estado de recesión económica, un empleo informal que supera el 70 por ciento, la producción del campo está quebrada, tanto, que no solventa la demanda nacional. Es más que evidente la deplorable situación de pobreza y miseria en que gran parte de la sociedad está sumida, mientras un reducido grupo plutocrático goza de fortunas opulentas y privilegios excéntricos; mientras la desigualdad, la exclusión y la pobreza se han vuelto paisaje, cuando por el contrario nos debería generar una constante indignación, que nos lleve a exigirle al Estado las transformaciones sociales, que han sido negadas a sangre y fuego durante décadas.

Los hechos son irrefutables y contundentes, todo indica que el Gobierno del Cambio no está en la capacidad política y doctrinal de romper con el régimen y mucho menos desobedecer las órdenes del Tío Sam, por lo tanto, no es capaz de realizar las transformaciones estructurales que Los Nadie y la Colombia Profunda exigen a gritos; en otras palabras, traicionó la palabra empeñada con el Estallido Social de 2021, que dejó un mandato un cambio. Este Gobierno nos somete a un cambio retórico, acciones cosméticas que embalsaman la pobreza y desigualdad, pero que no transforman la realidad de los colombianos; los cambios deben ser sustanciales y tangibles, pero estos no llegarán de manos de ningún Gobierno así se autodenomine del cambio, estos llegarán de manos de la unidad popular y social, de la lucha determinada y decidida de Los Nadie.

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