ALGUNAS PREGUNTAS SOBRE LAS ELECCIONES DEL 2026
Comando Central (COCE)
En este 2025 vuelve la disputa electoral a colocarse al centro de la lucha política, para muchos es apenas un medio para seguir lucrándose del Gobierno, ¿para cuántos es la vía para satisfacer los intereses nacionales y de la mayoría de la sociedad?
Si los partidos que representan a la élite dominante se unen, ¿por qué no se unen los movimientos que dicen defender los derechos del pueblo y de la nación?, es obvio que tal unidad no se hace alrededor de una persona, sino de un Programa de transformaciones para Colombia, que los de arriba siempre han logrado bloquear, lo que exige que el pueblo se dote de una Táctica de lucha para neutralizar este bloqueo, porque tales cambios estructurales hay que conquistarlos con la movilización de la gran mayoría, yendo más allá de solo convocar a la gente para que vote por un candidato, que es lo que en la izquierda denominan disputa electoral e institucional.
Los movimientos y partidos de izquierda tradicionalmente fungen ser la Vanguardia de la lucha popular, porque van adelante en su teoría y en la práctica de la gesta emancipadora y si la Teoría es la extracción de lecciones de la lucha del pueblo en Colombia y en otras partes del mundo, ¿qué lecciones han extraído del Estallido Social que conmocionó al país entre 2019 y 2021?, ¿qué lecciones extraen del intento de cumplir el Mandato de Cambios enarbolado por este Estallido, por medio del Gobierno progresista 2022-2026? En la disputa electoral e institucional en curso hacia el 2026, ¿cuáles de tales enseñanzas incorporan al Programa y a la Táctica de lucha que dicen seguir, para cumplir el Mandato de Cambios del Estallido Social? … ¿O tal Mandato ya no es el referente que guía su lucha política?
El Estallido Social consiguió crear altos niveles de crisis en la gobernabilidad dominante, así mismo, evidenció una crisis severa de representación política, que para remontarla, el movimiento popular debe desarrollar su fuerza propia, activando la movilización y presión social contra el viejo régimen, uniendo las fuerzas de los de abajo, donde las alianzas son un complemento, no el núcleo principal de la lucha por las transformaciones estructurales. Fuerza propia que crecerá sana, sí y solo sí, se convierte en la vanguardia de la lucha anticorrupción.
Es indiscutible que la movilización social es determinante, son diversas las visiones y los enfoques de la lucha, la izquierda no está madura; aun cuando haya habido formación muchos cuadros se perdieron en la ambición, no hay reconocimiento, no respaldo ni apoyo a quienes han actuado bien, la izquierda es frágil y permeable, hunde en disputas intestinas. La insurgencia debería dar cuenta de los corruptos y criminales de la derecha que impiden el cambio, que aun cuando no es el que se quiere, es un avance en un proceso que a penas muestra sus primeros pasos