EL RÉGIMEN PONE EN CRISIS LA SALUD
Damaris Izaguirre
La salud en Colombia es un derecho fundamental, pero, el sistema lo ha convertido en un negocio, con acceso restringido para las personas de bajos recursos, dejando el derecho a la vida en vilo y supeditado a la capacidad de pago.
La salud es un derecho fundamental, que debería tener un cuidado preferencial a la población vulnerable; sin embargo, la salud está en crisis desde que rige la Ley 100, que creó las Entidades Prestadoras de Salud (EPS), que no prestan servicios de salud de manera directa, pero ejercen como intermediarias entre los usuarios y las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS). Los servicios de salud deberían prestarse sin restricciones y de manera oportuna, pero tales empresas motivadas por la codicia y avaricia características del capitalismo, prestan un deplorable servicio que solo le da prioridad a las ganancias.
El Gobierno actual planteó una reforma a la salud que tenía como principio desaparecer a las EPS’s del sistema de salud, reemplazándolas por un sistema de ejecución directa de pagos; lo que causó una reacción airada del viejo régimen de plutocracia nacional, que monopoliza las empresas del sistema de salud y para bloquear la reforma, colocó a sus agentes en el Congreso a impedir cambios al sistema perverso, que ya cumple tres décadas haciendo daño a Colombia. Los emporios de la salud argumentan que las deficiencias en la prestación de los servicios obedecen a que la Unidad de Pago por Capitación (UPC) es muy baja, y no alcanza a cubrir los gastos de atención de cada paciente.
La realidad ha mostrado de manera contundente que mientras las EPS’s se enriquecen con la plata que reciben del Estado por la administración de los servicios de salud, los colombianos padecemos un pésimo sistema, donde las restricciones y el acceso oportuno a medicamentos y procedimientos cuestan diariamente la vida de muchos colombianos. El régimen jamás entregará el poder y sus privilegios de manera voluntaria, y este gobierno sigue sin romper radicalmente con el régimen ni toma distancia de las imposiciones del Tío Sam; por lo tanto, está en manos de la lucha popular lograr un sistema de salud justo y con enfoque social.