UN SALARIO FAVORABLE
Claudia Julieta Parra
El salario mínimo y su incremento anual es indispensable para el poder adquisitivo per cápita, que es el hilo conductor de la fluctuación del mercado y a su vez pieza determinante del desarrollo económico y de una eventual reactivación económica.
Desde finales del mes anterior la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, conformada por empleadores, trabajadores y representantes del Gobierno nacional, trabaja para acordar el salario mínimo de 2025.
El principal problema del salario colombiano es que su incremento está determinado por la inflación y su cálculo no tiene en cuenta el costo de vida; a corte del primer semestre de este año, los precios de los productos básicos aumentaron 29,6 por ciento, mientras el aumento salarial fue de 16 por ciento, lo que significa un Déficit en el Costo de Vida de 13,6 por ciento; a esto se debe sumar el incremento en servicios públicos como la electricidad, el gas natural y propano, la gasolina, los arrendamientos, entre otros. Esto es la principal causa de la caída del poder adquisitivo, que impacta con fuerza el Costo de Vida, en especial de las capas sociales medias y bajas, cuyo nivel de ingreso es igual o inferior a dos salarios mínimos.
Teniendo en cuenta que el Déficit de Costo de Vida es de 13,6 por ciento y la inflación es de 5,41 por ciento, para nivelar la economía de los hogares colombianos, en especial los de las capas sociales baja y media, el incremento salarial debe ser igual o superior 23,75 por ciento. Esta medida no colapsa la economía, pero si decrementa el margen de utilidad de las empresas, por lo tanto, de ser aplicada y debe salvaguardar las pyme para evitar el desplome de las microeconomías.El salario mínimo y su incremento anual es indispensable para el poder adquisitivo per cápita, que es el hilo conductor de la fluctuación del mercado y a su vez pieza determinante del desarrollo económico y de una eventual reactivación económica.
La política económica del país debe estar fundada en favorecer a todos los colombianos, prioritariamente subsidiar capas bajas de la sociedad, el sistema actual no genera ni inclusión social ni sostenibilidad ni mucho menos crecimiento y productividad, lo que conlleva incrementar el poder adquisitivo per cápita, y demanda una política de empleo formal que disminuya el desempleo y reduzca el subempleo, por lo tanto, se necesita una Reforma Laboral que centre sus esfuerzos en la formalización del empleo, la generación de nuevas plazas laborales formales y con prestaciones de ley; en otras palabras, salir de la crisis económica demanda generar empleo bien remunerado.