OTRA REFORMA TRIBURARIA NO RESUELVE LA CRISIS
Claudia Julieta Parra
El creciente déficit fiscal, el incremento del Gasto Corriente y la inexistencia de una política de austeridad del gasto en medio de una desaceleración de la economía, generan insostenibilidad fiscal y financiero y nos expone a la insolvencia.
El año anterior se llevó a cabo una Reforma Tributaria deficitaria con relación a la política de gasto estatal, toda vez que el déficit se incrementó aún más por la incoherencia financiera del Gobierno de aumentar el Gasto Corriente (burocracia, guerra y pago de intereses de la Deuda Externa), en medio de un periodo de desaceleración del mercado y un decremento precipitado del PIB que cerró el 2023 en 0,6 por ciento y que este año cerrará por debajo del 1,8 por ciento. Además, las reformas aprobadas por el Congreso generan costos adicionales en el presupuesto estatal, que obligan a buscar nuevas fuentes de ingresos que prácticamente nos dejan ad portas de una nueva reforma tributaria, que seguramente tendrá los principios y bases de las reformas anteriores, que se han ceñido por el fracasada receta del Trickle Down, que incrementa las utilidades de las grandes empresas, en especial las del sector bancario, mientras que por más de 5 décadas ha exacerbado la desigualdad social, no ha mejorado el nivel de empleo ni el poder adquisitivo per cápita.
El problema de la economía colombiana más allá de ser financiero es de orden de política económica, ya que estas no dinamizan la economía ni mucho menos subsana la pobreza, solo garantiza la viabilidad y las utilidades de la plutocracia nacional y trasnacional; además, esta y las anteriores reformas tributarias son deficitarias ya que continúan basándose en la captación por masa monetaria (contra las capas medias) y no por volumen de capital (de los megarricos).
Cualquier propuesta de Reforma Tributaria, Financiera o Fiscal que busque mitigar la brecha social y disminuir el Déficit de Gasto Social, es inocua sino rompe la lógica antifinanciera del pago de intereses de la Deuda Externa, y la dinámica del Gasto Corriente, ya que de nada sirve incrementar el recaudo sino se disminuye el gasto; superar la crisis económica implica que la política económica del país este fundada en favorecer a todos los colombianos, en especial en subsidiar capas bajas de la sociedad, de igual forma el aumento del poder adquisitivo per cápita, y la disminución de los beneficios fiscales y tributarios a los grandes empresarios.