EL SAHEL REBELDE

EL SAHEL REBELDE

Anais Serrano

La descolonización en África viene desde los años 60, al que se oponen las potencias occidentales, sobre todo Francia, Reino Unido y Estados Unidos, saqueadores históricos de los bienes naturales del rico continente africano, dejando allí pobreza, hambre y guerra a los pueblos colonizados.

En el África subsahariana, el territorio conocido como el Sahel, una franja que separa el desierto del Sahara con las grandes sábanas centroafricanas, ha estado en el ojo de la mediática mundial, producto de una serie de golpes de Estado en Mali, Guinea y Burkina Faso, en menos de dos años. Los tres levantamientos militares, responden a lógicas históricas, geográficas y culturales muy similares.

Resistencia al colonialismo

Los procesos de liberación de la segunda mitad del siglo XX de la colonización francesa, no se completó por cuánto el proceso de «descolonización» se mantuvo con una «transición» tutelada por los mismos franceses, que nunca terminó de apartarse de sus antiguas colonias y mantuvo su imposición cultural y económica, está última a traves de imponer el Franco como moneda obligada, sumado a la explotación extractivista monopolizada por las corporaciones francesas. En esos años, la rebelión de Thomas Sankara, dió origen a Burkina Faso levantando las banderas de la Liberación Nacional a la luz del marxismo, y hoy su nombre comienza a suplantar al de los colonizadores en las calles de esta nueva Unión Africana.

Al comenzar el siglo XXI, surge una nueva movilización de los pueblos del Sahel, que intentaron frenar sembrando diferentes grupos terroristas por parte de las potencias europeas y Estados Unidos. Los intentos de estabilizar la economía y la democracia en los diferentes países del Sahel, fueron agredidos por ataques permanentes de mercenarios como Al-Qaeda, Daesh y Boko Haram. La violencia desatada por estos grupos justificó la presencia de fuerzas militares europeas, bajo la excusa de “estabilizar la región”, para resguardar una mayor presencia de empresas extractivistas y una mayor injerencia del gobierno francés.

Esta imfame estrategia fue acumulando rencores y sentimientos antifranceses y anticolonialistas en la región, ante el evidente contubernio entre las fuerzas militares occidentales con los grupos terroristas, que socavaban la estabilidad política, permitían el saqueo permanente de bienes naturales, impidiendo sostener una mínima capacidad económica para brindar condiciones alimentarias y de servicios básicos para la población, azotada además por el cambio climático.

Llegan Gobiernos democratizadores

En respuesta emergen golpes de Estado en el Sahel, con los que retorna a la región un quehacer descolonizador y una postura panafricanista. El legado de Sankara se expande nuevamente, definiendo el pensamiento político y el accionar del África rebelde.

El 6 de julio de este año, los líderes de las juntas militares de Malí, Burkina Faso y Níger se reunieron en la capital de este último país, para abordar diferentes acuerdos y de ese encuentro nace la Confederación de Estados del Sahel (AES), con el propósito de fortalecer la integración en múltiples ámbitos:

En lo militar, establecieron una nueva fuerza militar conjunta para combatir la amenaza terrorista en esa región, que ya ha realizado ejercicios conjuntos en los que participaron, además, Togo y Chad.

En lo económico, han creado un banco de inversiones y un fondo de estabilización, así mismo planean abandonar el Franco-CFA y se establece la libre circulación de bienes y personas entre los tres países.

En términos de la diplomacia y de la independencia, toman la decisión de abandonar la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), ya que ese instrumento está subordinado a Occidente. La CEDEAO amenazó y ejerció presión sobre las Juntas Militares por su postura descolonial, impuso sanciones e incluso propuso, en conjunto con Francia, una intervención militar en Níger.

Las propuestas de la Alianza de Estados del Sahel, ha recibido apoyo de los pueblos de la región. La seguridad no solo ha estado en manos de las Juntas Militares que tomaron el poder, sino, y sobre todo, de las milicias populares que lograron sostener el control de muchas poblaciones haciendo frente a los ataques mercenarios. En medio de la disputa geopolítica la alianza con Rusia ha aportado apoyo militar y de infraestructura.

Los pueblos del mundo debemos estar atentos a las formas de desarrollo de estas apuestas liberadoras, aprender de ellas y reconocer las acciones de la solidaridad eficaz que se requieran para sustentar en el tiempo la liberación del Sur Global.

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