OTRA AGENDA AMBIENTAL Y UNA CONFERENCIA ALTERNATIVA

Himelda Ascanio

El evento ambiental promovido por la ONU fue una gran vitrina para el país, Cali y el gobierno, visitado por funcionarios y expertos del ambiente, con muchas ceremonias y protocolos, pero de poco fondo sobre la crisis y sus soluciones.

Para el martirizado movimiento social y ambiental colombiano, la COP 16 debió ser un espacio para la visibilización y debate sobre los graves y peligrosos problemas que enfrentan hoy en el país, como la resistencia al genocidio en curso del que son víctimas liderazgos ambientales, la intervención norteamericana y el problema estructural de fondo que es el modelo económico y el régimen político, que siguen siendo depredadores.

El cambio climático y el impacto ambiental del capitalismo son ejes de interés de la humanidad, pero su abordaje podría abandonar la ficción de las diplomacias y el lobby parlamentario, para enfocarse en las causas del desastre ambiental que estamos sufriendo, a causa del sistema extractivo, voraz y contra la vida. Estas discusiones sobre las causas estructurales generadas por el capitalismo no están y no aparecen en las agendas. Así como con la Paz, mientras no se intervenga en las causas de los conflictos, no se alcanzarán soluciones reales.

Desaparezca el hambre y no la humanidad

A diferencia de otros escenarios antecesores a esta COP16, en este evento no hay grandes figuras y baluartes políticos del humanismo y la vida. De hecho, el presidente Petro ha manifestado su preocupación por la ausencia de otros mandatarios comprometidos con el ambiente. Una preocupación no para Petro, sino para la vida misma y el desarrollo profundo de lo que en la COP se debatió. Hace 32 años, en 1992, en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro, el memorable discurso ‘Mañana será demasiado tarde’, pronunciado por el presidente de Cuba, el comandante, Fidel Castro, señaló la ruta que se debiera seguir, si es real el compromiso con el ambiente:

“Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre”.

Si a los gobiernos poco les interesa o el sometimiento a las agendas del imperialismo les impide plantearse cambios estructurales, tendrá que ser la acción organizada del movimiento popular la que empiece a intervenir y frenar la continuidad de la debacle ambiental. Si en estos escenarios los discursos sobre el clima y la diversidad no están acompañados de realidades y políticas de cambio, entonces habrá que construir y desarrollar otros escenarios donde, por ejemplo, si se plantea la defensa de la Amazonía, sea con los pueblos amazónicos y no con los arrasadores de este bioma estratégico para la humanidad.

Asesinados de la semana

El 22 de octubre, sicarios perpetraron una masacre en inmediaciones de la vereda El Amparo, en Suárez, Cauca, que dejo tres víctimas fatales de una misma familia identificadas como Ronaldo Valencia Tróchez, Nayive Valencia Tróchez y Juan Sánchez Tróches.

En inmediaciones de la Gran Central de Abastos del Caribe en el municipio de Soledad, Atlántico, el 22 de octubre, perpetraron una masacre que dejo tres víctimas fatales, dos de las víctimas fueron identificadas como Jesús Alandete Morales de 30 años y Omar Puello Magallanes de 28.

Karis Saldarriaga, era una reconocida lideresa y activista de la comunidad LGBTIQ+; fue asesinada el 22 de octubre, en Caldas, Antioquia.