SIGUE EL GENOCIDIO DE LIDERAZGOS SOCIALES
Himelda Ascanio
Se cumplió la mitad del periodo del gobierno progresista, el pueblo sigue recibiendo los aciertos y esperando el cumplimiento del mandato popular por los cambios; uno en particular, que cese el genocidio contra lideres y lideresas sociales en Colombia.
Quedó suficientemente claro que fracasó la estrategia de buscar una supuesta gobernabilidad mediante alianzas y acuerdos con representantes del viejo régimen. El mismo presidente Petro reconoce que falló en esta idea; sin embargo, sigue nombrando en cargos importantes a peones de las mafias y del imperialismo norteamericano. Como el Almirante Cubides, reconocido integrante de la estructura mafiosa enquistada dentro de la FFMM.
Cosas que no cambian
Continua la obediente aplicación de la Doctrina de Seguridad que considera enemigas a todas aquellas personas que no se sometan a los designios e intereses de dicho régimen, que son los intereses de los Estados Unidos. Petro vivió la persecución de esta Doctrina, fue víctima de ella como rebelde, incluso como congresista; sin embargo, hoy siendo presidente y depositario de la confianza de sectores populares, esa Doctrina que masacra al pueblo colombiano, no ha cambiado.
En la primera mitad de su mandato, el genocidio contra liderazgos sociales continúa, en lo corrido del 2024 se suman más de un centenar de lideres y lideresas sociales muertos. Es el peor ejemplo de lo que no ha cambiado, puesto que debiera ser el principal cambio. Pero esto no llegará, no podrá cambiar, sino se plantean deslindes categóricos, una ruptura rigurosa con la Doctrina de Seguridad imperante, que impulsa la continuidad y fortalecimiento del narco-paramilitarismo, el arrasamiento de territorios y la masacre de comunidades.
mEl genocidio en Colombia no cesa porque Petro no se ha atreve a cruzar y romper la línea roja que le imponen desde el norte. La cifra de liderazgos muertos sigue aumentando porque la doctrina militar no ha cambiado. El narco-paramilitarismo sigue arrasando porque los generales de las Fuerzas Militares siguen siendo capos y mafias que actúan en una manguala criminal.
El cambio que se espera
Acabar con el asesinato de lideres y lideresas sociales y políticos es el principal cambio que debe el actual gobierno. Un Acuerdo Nacional por un Nuevo Régimen debe deponer la idea de la pacificación, y así concretar con seriedad una Solución Política del Conflicto.
Si la bandera de la construcción de paz es de verdad, la ruta debe ser democratizar el país y esto es sacar la violencia de la política. Acabar la persecución de quienes piensan distinto. Construir los cambios profundos que el país requiere a partir de todas las voces. Para esto el pueblo ya demostró que se expresa en la calle, ya que el pulso del país se gana con la fuerza de la movilización popular.
Asesinados de esta semana
Rafael Arcángel Ramírez, era un reconocido líder que se desempeñó como Presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Florida en la Zona rural alta del municipio de Guadalajara, Buga; fue asesinado el 5 de agosto, en la zona conocida como como El Retiro de la vereda La Florida en el Corregimiento de Frisóles de Buga, Valle del Cauca.
Francisco Jiménez Gamarra, era un reconocido líder comunitario y servidor público en la alcaldía del municipio de Altos del Rosario en el sur del departamento de Bolívar; fue asesinado el 6 de agosto, al interior de un establecimiento público ubicado en el centro del municipio de Altos del Rosario.
Carlos Alberto Aristizábal, era un reconocido líder social, actual presidente de la Junta de Acción Comunal del Barrio El Dorado en la ciudad de Pereira, Risaralda; fue asesinado con arma de fuego, el 7 de agosto, mientras se encontraba en la Caseta Comunal del Barrio El Dorado.
Elider Antonio Díaz Arias, era firmante del Acuerdo de Paz y actualmente realizaba su proceso de reincorporación en el municipio de Fonseca, La Guajira; fue asesinado el 8 de agosto, en el barrio San Agustín en el municipio de Fonseca. cuando regresaba a casa después de dejar a su hijo en el colegio.
Israel Romero Rojas, era un reconocido líder social y actual presidente de la junta de asociados de vivienda en el sector de Altos del Progreso de la vereda Barzalosa al norte de la ciudad de Girardot; fue asesinado el 8 de agosto, en horas de la noche por hombres armados que ingresaron a su vivienda.
Rigoberto Ordoñez Bastidas, era firmante del Acuerdo de Paz, quien actualmente realizaba su proceso de reincorporación en el municipio de Orito, Putumayo; fue asesinado el 10 de agosto, en la vereda el Azul, inspección de Siberia, municipio de Orito, Putumayo, en cercanías a la escuela de la zona.
Wilfrido Segundo Izquierdo Arroyo, era un reconocido líder indígena del pueblo Arhuaco y miembro de la Asociación de Estudiantes Indígenas de la Universidad del Magdalena, en la cual culminaba sus estudios de ingeniería civil con el objetivo de armonizar su carrera con el saber ancestral de su comunidad; fue asesinado el 10 de agosto, en la zona conocida como Ciudad Equidad en Santa Marta.