EN POCOS DÍAS SE CAMINA, COMO SI FUERAN AÑOS

Raúl Contreras

La quinta semana de levantamiento popular tiene semiparalizado al país, el Gobierno cae en una crisis mayor, el pueblo en las calles libra inéditas batallas por un futuro mejor sin retroceder ante el trato de Guerra que la oligarquía propina a los manifestantes.

Persisten centenares de bloqueos en las principales carreteras como la Panamericana entre el Valle del Cauca y la frontera con Ecuador, la Troncal del Oriente entre Bucaramanga y Barranquilla, los accesos a Buenaventura, Cúcuta, Caquetá y Putumayo, además de bloqueos intermitentes en muchas vías incluidas las que llegan a Bogotá.

Todos los días se realizan manifestaciones en las ciudades extendiéndose a centenares de cabeceras municipales en las fechas que se convocan jornadas nacionales; en Cali, Bogotá y Popayán, los jóvenes mantienen sitios permanentes como Puntos de Resistencia, también en Barranquilla, Pereira, Bucaramanga, Neiva, Pasto, Buga y varios más existen experiencias similares.

El comercio nacional e internacional está afectado por los bloqueos de las carreteras, los pobladores de Barrancabermeja han bloqueado las entradas a la refinería desde finales de mayo, igual sucedió en la principal mina de carbón a cielo abierto en El Cerrejón y en varias regiones se viven situaciones de anormalidad semejantes; coyuntura de crisis no vista desde hace décadas en Colombia.

Mandan los EEUU y Uribe

Después de varios días de intensos debates con el Comité Nacional de Paro (CNP) los delegados gubernamentales llegaron a un preacuerdo con el Comité de Buenaventura, que de inmediato fue rechazado por Uribe y Vargas Lleras.

Por su parte la Canciller inicialmente negó el permiso para la visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pero 48 horas después sus jefes de Estados Unidos la obligaron a dar vuelta atrás.

La coalición de Gobierno compró con sobornos el refuerzo de todos los partidos oligárquicos para hacer mayoría en el Senado, impedir la Moción de Censura y sostener en el cargo al cuestionado Ministro de Defensa y seguir acrecentando el trato de Guerra a la protesta; así el régimen sigue perdiendo legitimidad porque su gobernabilidad descansa cada vez más en la ‘bota militar’.

El régimen queda al desnudo tal como es corrupto, dictatorial y vasallo, la comunidad internacional ya no ve a Colombia como una democracia respetuosa de la protesta social y los Derechos Humanos (DDHH), cuestionamiento que sigue apareciendo en diversas declaraciones de la ONU, organizaciones DDHH y de numerosas personalidades.

Grandes lecciones aprendidas en tiempo breve

En este mes de Paro Nacional hemos visto una vez más a un pueblo heroico que no quiere ‘más de lo mismo’ y expresa su deseo de cambio, también se han evidenciado las debilidades del campo popular, las fuerzas de izquierda y los sectores alternativos, que hacen complejo lograr una mayor unificación de visión y de líneas de acción, lo que incide en la fragmentación organizativa y en no poder contar con un centro común de referencia en el que la mayoría de los manifestantes tengan voz y voto.

Ha sido visible el vacío de metas políticas inmediatas que aglutinen a los sectores más activos en las calles, la ausencia de mecanismos de relacionamiento de los componentes nuevos y más activos de la protesta, los que están en los Puntos de Resistencia, los cortes de carretera y en lo más colorido, alegre y esperanzador de las miles de movilizaciones que multitudinariamente se repiten día a día. 

Por fortuna en estos momentos de lucha el aprendizaje y progreso del campo popular se logra a grandes velocidades, con ‘pasos de gigante’, en estos días se ha caminado lo que en otros momentos no se ha logrado en años, estamos en una coyuntura especial, en la que es decisiva la actuación y la incidencia del componente subjetivo para avanzar hacia el futuro y los sueños.